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FÚTBOL 33ª JORNADA DE LIGA

El Barça triunfa en otro duelo colosal

Ronaldo y De la Peña fueron decisivos en la victoria sobre el Atlético en otro partido vibrante y desenfrenado

Santiago Segurola

ATLÉTICO 2 - BARCELONA 5En otro duelo arrebatado, fiel a una indescifrable costumbre tumultuosa, el Barça goleó al Atlético. Otro partido inolvidable por su ebullición, por su carácter incontenible, por la voluntad de los futbolistas para interpretar su oficio con toda la grandeza. Incluso por sus imperfecciones, volvió a ser una pugna maravillosa, coronada por la actuación de Kiko, Iván de la Peña y Ronaldo. El Barça necesitó verse herido, en una situación delicada, para volcar todo su talento sobre el partido y descamisarse en busca de la victoria. Entonces surgió con todo su esplendor el talento de Iván de la Peña y el instinto matador de Ronaldo.En su declaración de intenciones, Robson hizo un equipo imposible, con un número elevadísimo de cascoteros. Y además de fallar en los nombres, se equivocó en los puestos. La designación de Abelardo como lateral suponía de entrada el desuso de la banda derecha, porque Abelardo es un central de toda la vida. Además de negarse el costado derecho, el Barca desaprovechó la posibilidad de utilizar convenientemente a Guardiola y De la Peña, en gran parte por la insistencia de Robson en mantener a Popescu, un futbolista que sólo tiene estampa. Por su interés en mezclar mal a sus jugadores, el entrenador del BarÇa puso demasiados interruptores en el camino de su equipo, que sólo encontró soluciones a los desastres de Robson cuando tuvo que. hacer virtud de la necesidad. Es decir, después de encajar un gol y de verificar que los pelotazos de sus defensas no iban a ninguna parte.

Atlético de Madrid: Molina; GelI, Santi, Prodan (Fortune, m

64), Pablo; Simeone, Bejbl, Pantic, Caminero (Vizcaíno, m. 77); Kiko y Esnáider (Biagini, m. 73).Barcelona: Baia; Abelardo, Couto, Nadal, Roger; Figo, Popescu (Blanc, m. 66), Guardiola, De la Peña (Amor, m. 83), Amunike (Stoichkov, m. 82); y Ronaldo. Goles: 1-0. M. 14. Kiko controla un pase largo de Simeone y supera a Baía con una vaselina. 1-1. M. 40. De la Peña convierte un tiro libre, que entra por la escuadra. 1-2. M. 42. Pase en profundidad de De la Peña, error de Prodan y Ronaldo cruza ante la salida de Molina. 1-3. M. 61. Pase de Figo a Ronaldo, que supera a Molina y marca. 2-3. M. 65. Error de Couto, que aprovecha Kiko para irse y rematar. Rechaza Baía, pero Kiko aprovecha y anota. 2-4. M. 76. Escapada de Figo, que es derribado por Santi en el área. Ronaldo transforma el penalti. 2-5. M. 88. Gran pase de Guardiola a Ronaldo, cuya cesión es aprovechada por Figo para marcar a puerta vacía. Árbitro: Daudén. Expulsó a Simeone por agresión a Figo (m. 67) y a Santi por doble amonestación (m. 76). Amonestó a Prodan, Fortune, Pablo, Roger y Popescu. Unos 60.000 espectadores en el estadio Vicente Calderón.

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Desde la lectura lineal del partido, el mayor problema del Atlético fue la falta de oportunidad en el gol de Kiko, un tanto que llegó demasiado pronto. Hasta entonces, el Atlético había bloqueado con sencillez la torpe propuesta del BarÇa. Por si acaso Popescu no taponaba de manera suficiente a Guardiola, Pantic se encargó de vigilar al arquitecto azulgrana. En la derecha, Simeone se empleó con energía y barrió con acierto su banda. Y frente a Abelardo, Caminero supo que no tendría que perseguir a nadie por su lado.

El estado de las cosas favorecía sin ninguna duda al Atlético. Si el encuentro hubiera proseguido en esa línea, el Atlético habría obtenido mayores beneficios de un partido que terminó por parecerse a todos los anteriores. El asunto comenzó con el gol de Kiko, una obra de arte. Simeone lanzó largo, entre los dos centrales, que se desentendieron de Kico, un error que suele traer consecuencias mayores. En una demostración espléndida de calidad, Kiko descolgó la pelota con precisión, se la acomodó y la levantó con una delicadeza poética sobre Baía, que tapó mal.

Con el tiempo, Baía enmendaría su error con una acción magnífica frente a Esnáider, al que aguantó con una paciencia oriental. en el mano a mano, cuando el empate todavía era posible. Para entonces, el BarÇa había marcado dos goles. Ocurrió que por razones de necesidad, el BarÇa tuvo que modificar su juego y encontrar a los futbolistas capaces de desequilibrar el partido. De la Peña y Ronaldo, por citarlos por. su nombre. Como el gol del Atlético llegó rápido, los azulgrana dispusieron de tiempo para cambiar su registro. Surgió De la Peña, se abandonaron los pelotazos porque sí y el resto corrió a cargo de Ronaldo, que destrozó la línea defensivas media docena de veces.

El partido rompió hacia la tradición con el golazo de De la Peña, que convirtió un tiro libre con su clase enorme. De repente, el encuentro se descosió y cayó en su línea tremendista, con goles a porrillo, ocasiones de todos los colores, dos expulsados, los equipos encendidos, la gente enloquecida, el mismo frenesí de siempre cuando se trata de estos dos equipos. Y detrás de todo, la actuación determinante de Ronaldo y De la Peña. El primero volvió a su condición de astro después de su mal partido frente a la Fiorentina. El segundo interpretó de forma majestuosa el papel que se espera de este gran futbolista, un jugador que fue basureado por Robson durante media temporada, una de las razones por las el Barça persigue al Madrid en lugar de estar perseguido.

El segundo gol del BarÇa profundizó definitivamente en el corte tumultuoso del partido. El Atlético contestó a golpe de corneta, con un entusiasmo formidable y con una generosidad que estuvo a punto de procurarle el rédito del empate. Por tres veces, los jugadores del Atlético estuvieron mano a mano con Baía, pero Couto y Amunike salvaron bajo el palo. En la tercera, el portero rechazó el tiro Kico. En aquellos momentos se jugaba a todo trapo, sin atender a la táctica, a golpe de corazón. El partido se revolvió hasta hacerse impredecible. Otra vez, el viejo Atlético-Barca: una fiesta del fútbol por encima de cuaIquier imperfección.

Pero el triunfo del BarÇa estaba escrito y también la coronación de Ronaldo, el último de la lista de grandes astros azulgrana que han, hundido su piqueta sobre el Atlético de Madrid.

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