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McDonald's impone un nuevo patrón monetario

El precio de una de las más célebres hamburguesas ayuda a predecir el tipo de cambio de las distintas monedas

Atrás quedaron el viejo patrón oro y el sistema de Bretton Wood para establecer el valor de las monedas. ¡Se impone la hamburguesa! El precio de una Big Mac, la más célebre hamburguesa de la cadena McDonald's, es uno de los principales indicadores del sistema de cambios monetarios en el mundo, según el prestigioso semanario británico The Economist.Siguiendo la evolución del precio de la hamburguesa en diferentes países es posible establecer si las monedas nacionales están sobrevaloradas respecto al dólar o si, por el contrario, están infravaloradas. Se puede, incluso, adelantar la evolución futura de la paridad con la divisa estadounidense, según el semanario y la cadena de hamburguesas que proporciona los datos necesarios, y hacer así algún dinero atendiendo al menú.

El índice Big Mac refleja el poder adquisitivo de las monedas de cada país, partiendo para ello de que una hamburguesa de este tipo (lechuga, cebolla, pepinillo, con doble de carne y pan y la especialísima salsa Big Mac) cuesta en Estados Unidos 2,42 dólares.

En España, una Big Mac cuesta 375 pesetas, según The Economist, el equivalente a 2,60 dólares. Con un dólar a 144 pesetas, eso significa que la peseta está sobrevalorada un 7%, según el índice Big Mac. Por un dólar deberían pagarse 155 pesetas.

Conforme a tan gastronómico índice monetario, la divisa más infravalorada es el yuan chino (52%), teniendo en cuenta que en Pekín una hamburguesa cuesta sólo el equivalente a 1,16 dólares. En el otro extremo de la tabla está Suiza, donde los jóvenes, parroquianos habituales de la cadena de haburguesas que promueve el invento, pagan el equivalente a 4,02 dólares. El franco suizo está sobrevalorado respecto al dólar en un 66%, según el patrón de la hamburguesa.

Todas las monedas europeas están sobrevaloradas: el franco francés un 26%; la lira, un 13%; la libra esterlina, un 22%; el marco, un 18%. The Economist reconoce que el "método no es perfecto", porque en el precio de la Big Mac inciden barreras arancelarias a la carne de vacuno, distinta fiscalidad o coste de los locales.

Las dobles tapas de pan de la hamburguera esconden más que una doble ración de carne. El semanario británico asegura, basándose en un estudio elaborado en la Universidad de Georgetown (Washington, Estados Unidos), que las desviaciones apreciadas periódicamente en el poder adquisitivo de las monedas en relación con una Big Mac ayudan a predecir los tipos de cambio de las divisas.

Según el citado estudio, "en los último años, el índice Big Mac, ha servido para predecir, correctamente, la evolución de ocho de las 12 monedas de las economías más industrializadas".

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