Hispanos y negros de Nueva York denuncian que el alcalde Giuliani ampara la brutalidad policial
Flores y velas colocadas en la acera y protegidas por cartones señalaban ayer el lugar del barrio neoyorquino de Washington Heights donde cayó muerto de una disparo en la espalda Kevin Cedeño, un muchacho de 16 años de raza negra y origen dominicano. Dos días atrás, ese mismo lugar había sido el destino final de una manifestación en la que varios centenares de personas gritaron en castellano: "¡Policía asesina!" y "¡No hay paz sin justicia!" . Cedeño ha sido el cuarto latino y negro abatido en lo que va de año por la policía de Nueva York en circustancias dudosas.
"El alcalde Rudolph Giuliani ha quedado al descubierto como el aliado incondicional de otro policía asesino", escribía ayer Gerson Borrero en un comentario editorial de El diario-La Prensa, el cotidiano neoyorquino que se proclama "campeón de los hispanos". "No merecía morir así", rezaba con grandes caracteres el titular de primera página.Y es que, el pasado domingo, al conocer la noticia de la muerte de Cedeño, Giuliani, el populista alcalde de la metrópolis, salió de inmediato en defensa del agente Anthony Pellegrini, sosteniendo su versión de que el joven Cedeño le estaba atacando de frente con un machete. Veinticuatro horas después, el informe de la autopsia oficial dejaba fuera de juego al alcalde al asegurar con toda rotundidad que Cedeño había sido abatido de un tiro en la espalda.
Para las organizaciones hispanas de Nueva York no cabe duda: si Giuliani está firmemente comprometido a defender la acción de su policía por brutal que sea, más se empeña en esa dirección si el agente puesto en la picota es, como en el caso de Pellegrini, de su mismo origen italiano. Iris Báez, madre de Anthony Báez, un joven que murió estrangulado en 1994 cuando un agente de la policía de Nueva York le hizo una llave salvaje, declaró ayer: "Cómo puede darle Giuliani al uniformado el beneficio de la duda si Cedeño recibió un tiro por la espalda".
Nadie discute que, como muchos otros jóvenes de Washington Heights, una zona situada en el extremo septentrional de Manhattan, habitada mayoritoriamente por dominicanos y otros hispanos y considerada una de las más peligrosas de la ciudad, Cedeño tenía antecedentes penales. Lo que está en cuestión es la posibilidad de que, en su exitosa cruzada por reducir la delincuencia en Nueva York, el alcalde Giuliani esté cerrando los ojos ante la brutalidad policial contra las minorías étnicas y culturales.
Según Marisol Sánchez, hija de José Antonio Sánchez, una de las cuatro personas abatidas a tiros por la policía neoyorquina en lo que va de año, su padre, un inmigrante dominicano, no entendió las advertencias de los agentes "porque no hablaba inglés". La policía afirmó que tuvo que disparar contra Sánchez el pasado febrero porque éste empuñaba un machete.
Nueva York celebrará elecciones municipales el próximo otoño. El triunfo del republicano Giuliani parece asegurado. Para la mayoría de sus habitantes, la ciudad es ahora más segura y limpia que hace cuatro años, y, además, el Ayuntamiento gasta menos dinero de los contribuyentes. Según datos del FBI, los homicidios disminuyeron en Nueva York en 1996 un 20% en relación a 1995, situándose en el nivel de un millar al año, desconocido desde 1968. En general, el número de delitos considerados graves se redujo en 1996 en un 15%. La misma tendencia a la baja se había registrado en los tres anos precedentes.
Pero las tres personas que compiten por la designación del Partido Demócrata a la candidatura a alcalde añaden a ese cuadro un descenso de las libertades ciudadanas en general y un incremento de la marginación y la pobreza entre los negros (un 29% de la población) y los hispanos (un 25%). Los tres aspirantes demócratas pertenecen a otras tantas minorías importantes de Nueva York. Son la judía Ruth Messinger, el hispano Fernando Ferrer y el clérigo negro Al Sharpton. Este último inspiró el personaje del demagogo y pesetero líder religioso y social negro de la novela de Tom Wolfe La hoguera de las vanidades.
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El lugar de la acera de la avenida Amsterdam donde cayó abatido el joven Cedeño está situado en la vecindad de una tienda de chatarra de donde sale alegre música bachata, uno de los generos dominicanos; el despacho de una abogado que anuncia en castellano que "ayuda a cobrar indemnizaciones" a todo aquel que resulte herido en cualquier tipo de accidente; una tienda de artículos religiosos que, en la lengua de Cervantes, ofrece "uñas de gato en cáscara para la artritis"; una peluquería que proclama "Ear Piercing. Se habren (sic) orejas", y un local donde pueden efectuarse llamadas telefónicas a bajo precio a Puerto Rico y la República Dominicana.La policía de Nueva York ha matado a más de 100 civiles en los últimos cinco años, informaba ayer The New York Times.
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