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Yeltsin hace un elogio populista de su persona y de su 'delfín', Nemtsov

Pilar Bonet

En la Federación Rusa hay dos dirigentes que no aceptan sobornos, que viven pobremente y que son un ejemplo para todo el funcionariado, según manifestó ayer el presidente ruso, Borís Yeltsin, refiriéndose a sí mismo y al flamante primer vicejefe del Gobierno, Borís Neintsov. Con este espaldarazo populista propinado ante las cámaras de televisión, Yeltsin pareció confirmar el papel de delfín que desempeña el jóven político llegado el mes pasado a Moscú desde Nizhni Nóvgorod, en el Volga.Encuestas procedentes del Centro de Estudios de la Opinión Pública, confirmaban ayer que, durante la segunda quincena de marzo, Nemtsov desbancó al general Alexander Lébed (con un 18,8% frente a un 18,6%) en las listas de popularidad.

"Nosotros tenemos en común un mismo credo en el terreno personal. No tomar sobornos", dijo Yeltsin durante el inicio protocolario de una reunión con Nerntsov. Su lenguaje contrastaba con los reproches formulados el día anterior en una reunión semejante con el jefe del Gobierno, Víctor Chernomirdin. Este funcionario atraviesa un período delicado, ya que su base de poder, Gazprom, la compañía monopolista del gas ruso, está en el punto de mira de Nerritsov, que es responsable de poner orden en los monopolios. Ayer, ante la Duma Estatal (Cámara baja), el presidente de Gazprom, Rem Viájerev, acusó a las compañías petroleras y de gas de EE UU de querer destruir Gazprom, utilizando para ello el Ministerio de Finanzas de Rusia y el Fondo Monetario Internacional.

Viájerev, un hombre muy cercano a Chernomirdin, consiguió que la Duma, actuando en nombre de la defensa de los intereses nacionales de Rusia, apoyara a Gazprom con una disposición en la que se considera "intolerable" la destrucción del sistema único de suministro de gas y las estructuras organizativas de la compañía.

El presidente ruso, que se tomará quince días de vacaciones para descansar en la localidad costera de Sochi (en el mar Negro) después de regresar de Alemania el próximo 18 de mayo, está poniendo en marcha una nueva campaña contra la corrupción, cuyos detalles no han sido dados a conocer.

Tras preguntar a Nemtsov si la burocracia no le había quitado los ánimos, Yeltsin dijo: "Conmigo no pudieron, aunque lo intentaron algunas veces". Y agregó en el más puro estilo populista: "Vivimos pobremente, pero nos basta". "Esto debe ser un ejemplo para los funcionarios de todos los niveles".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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