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Chubais y Nemtsov afianzan sus posiciones ante la ofensiva reformista que se anuncia en Rusia

Pilar Bonet

Anatoli Chubáis y Borís Nemtsov, los dos puntales del jefe del Gobierno de Rusia, Víktor Chernomirdin, están consolidando sus posiciones en vísperas de una nueva ofensiva reformista, que tratará de implantar una política fiscal más eficaz, reducir gastos, poner orden en los monopolios estatales y suprimir los privilegios que propician la corrupción. Los síntomas de afianzamiento de los dos primeros vicejefes del Gobierno son de distinta índole.

Chubáis, de 41 años, puede por fin respirar tranquilo después de que, el 7 de abril, la Fiscalía del Estado diera carpetazo a la investigación sobre el medio millón de dólares (casi 75 millones de pesetas) que dos de sus colaboradores, miembros del equipo preelectoral de Borís Yeltsin, trataban de sacar de la sede del Gobierno en junio de 1996. La Fiscalía del Estado, que ha sido víctima de fuertes presiones y ataques en los medios de comunicación afines a Chubáis, ha explicado su decisión, alegando que no existía el delito imputado (presunto robo), ya que nadie ha reclamado la caja con el dinero, cuyo descubrimiento costó el puesto al guardaespaldas jefe del presidente, Alexandr Korzhakov. Aquel cese redujo la diversidad de los grupos de presión representados en el entorno de Yeltsin y potenció el papel de la hija del presidente, Tatiana, cuya voluntad se considera clave para inclinar al líder a favor de una u otra decisión.Mientras Chubáis goza de pocas simpatías entre la población, Nemtsov, de 37 años, ha comenzado a ganarse el corazón de los rusos y a desplazar en él al general Alexandr Lébed. Una encuesta del fondo Opinión Pública, difundida ayer por el diario Segodnia, indica que, en marzo, el mes en el que se comenzó a efectuar la remodelación aún no concluida del Gabinete, Nemtsov se convirtió en el político en el que más confían los rusos (un 41%), seguido por el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov (un 39%), Lébed (un 36%), el comunista Guenadi Ziugánov (31%) y Chernomirdin (23%). Este orden de popularidad no sería el mismo a la hora de elegir un presidente, ya que para este puesto los encuestados preferían a Ziugánov y a Lébed antes que a Nemtsov. Algunos analistas ven en este último un nuevo modelo de político ruso, que busca la cooperación y el diálogo con representantes de otras tendencias en lugar del enfrentamiento.

En el Gobierno, Nemtsov es responsable de los gigantes de la economía rusa, los monopolios controlados por el Estado, como el sistema de energía eléctrica, la compañía del gas (Gazprom), y el sistema de ferrocarriles. Nemtsov comenzó ayer por abordar la reestructuración del sistema de energía eléctrica y anunció que este mismo año se reducirán en un 13% las tarifas industriales. Esta reducción, importante para que los costes de producción puedan ser competitivos, irá acompañada de una subida de las tarifas eléctricas de uso doméstico. El Gobierno pretende compensar estas impopulares subidas, así como las del gas y de los gastos de vivienda y comunidad con un sistema de ayudas selectivas a los ciudadanos con menos ingresos. Nemtsov tendrá aquí la oportunidad de demostrar la validez a escala estatal de las soluciones imaginativas que empleó a escala regional, como gobernador de Nizhni Nóvgorod, región donde se distinguió por compaginar reformas económicas y protección social.

Nemtsov, que ha ordenado una auditoría independiente en el sistema de energía eléctrica, no es partidario de fragmentar los monopolios en un conglomerado de empresas menores, como pretenden algunos sectores liberales. Y en esta cuestión algunos analistas pronostican futuras divergencias entre Nemtsov y Chubáis, político vinculado a los grandes bancos que se han beneficiado en condiciones privilegiadas de la privatización de los bienes del Estado.

A tono con el nuevo espíritu de cambio, Yeltsin firmó ayer un decreto en el que se establece la obligatoriedad del concurso para proceder a la compra de bienes por parte del Estado a partir del primero de mayo, según anunció el secretario de Prensa presidencial, Serguéi Yastrzhembski.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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