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Bush desata la ira en Oviedo

Violenta manifestación contra la visita a Asturias del último ex presidente republicano de Estados Unidos

Para el ex presidente de Estados Unidos George Bush la historia ha cambiado y ha cambiado para mejor. Lo dijo anoche en el teatro Campoamor de Oviedo, donde impartió una conferencia sobre sus experiencias a lo largo de su mandato presidencial, entre 1988 y 1992, y sobre el nuevo orden internacional.Un grupo de manifestantes pacifistas y de izquierdas, apostados a la entrada del coliseo, no participaba de esa creencia y expresaron su rechazo por la presencia en la capital asturiana del ex mandatario estadounidense, al que reprocharon su antigua responsabilidad como director de la CIA, así como algunas de sus decisiones como máximo dirigente de la primera potencia mundial.

La protesta derivó en un enfrentamiento entre manifestantes y fuerzas policiales, que se saldó con cuatro personas detenidas y cinco contusionadas leves, entre ellas varios agentes. Anoche sólo uno de los lesionados permanecía hospitalizado y estaba sometido a observación a causa de un dolor torácico.

Bush, que fue presentado como conferenciante por el vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, se entrevistará hoy en Madrid con el rey don Juan Carlos y con el presidente del Gobierno, José María Aznar.

George Bush, 72 años, llegó a Oviedo invitado por el Campus Internacional, un foro cultural que desde su creación, en octubre de 1991, por impulso del Ayuntamiento y la Universidad de Oviedo, y del diario La Nueva España, ya ha contado con la participación como conferenciantes de otros destacados estadistas, caso del ex presidente de la antigua URSS Mijail Gorbachov, el ex secretario de Estado de Estados Unidos Henry Kissinger o el ex presidente de Israel y líder laborista de su país, Simón Peres.

La presencia de Bush, como ya ocurriera con la de Kissinger, no ha estado exenta de polémica. Algunas pintadas en la ciudad y pancartas a las puertas del teatro donde impartió la charla rememoraban. pasajes controvertidos de su vida pública. Ayer, los concentrados le reprocharon su pasado como director de la CIA (el célebre organismo encargado del espionaje en Estados Unidos) y algunas de sus decisiones presidenciales, como la invasión militar de Panamá, la operación internacional en la guerra del Golfo o la política exterior de EE UU en Nicaragua y en otros países de Latinoamérica.

Bush, estrechamente protegido por un dispositivo de seguridad personal y por fuerzas de orden público durante su estancia en la ciudad no perdió Ia serenidad ante las críticas airadas y en su disertación se refirió a sus críticos para advertir que acaso ignoren que en Nicaragua ya no pervive vestigio alguno de totalitarismo y que en ese país se han celebrado ya dos elecciones democráicas.

Para su introductor Francisco Álvarez Cascos, tampoco hay duda de que entre España y Estados Unidos "existen actualmente más lazos de unión que elementos de contraste. Nos unen los principios de la defensa de las libertades individuales y de las libertades colectivas, los principios inspiradores de la economía de mercado y la libre iniciativa".

Pero la visita de Bush no sólo ha despertado la controversia, por su perfil político. Sus honorarios -se habla de 15 millones de pesetas- han suscitado una vez la protesta del grupo de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Oviedo, gobernado con mayoría absoluta por el Partido Popular.

En las consistoriales fue recibido ayer el ex dirigente estadounidense por el alcalde de la ciudad, Gabino de Lorenzo, que le hizo entrega de varios obsequios. Durante la recepción, la Universidad de Oviedo le impuso a Bush la medalla de oro de esta institución académica.

Tras su disertación, a la que asistieron unas 1.400 personas por invitación, el ex presidente norteamericano asistió a una cena en el lujoso hotel La Reconquista, en la que participó un centenar de comensales, cada uno de los cuales abonó 10.000 pesetas.

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