Los ecologistas pedalean en contra de los trenes de alta velocidad
Los ecologistas acabaron ayer su primera carrera contra el futuro tren de alta velocidad Madrid-Barcelona. La marcha ciclista, que se inició hace diez días en Zaragoza, culminó en la estación de Atocha. A lo largo de 350 kilómetros, 66 pedalistas (la mitad, madrileños) surcararon el trazado previsible del tren rápido para explicar las "terribles secuelas medioambientales y acústicas" que padecerán sus vecinos.
Los ecologistas, convocados por la Coordinadora Madrileña de Defensa de la Naturaleza (Comaden), entraron en la región anteayer. Pese a que aún no se ha decidido el trazado definitivo del tren de alta velocidad a Barcelona a su paso por la comunidad, los ciclistas decidieron recorrer los pueblos del Corredor del Henares. "La zona más afectada será, presumiblemente, la de Mejorada del Campo, Loeches y Anchuelo, con un rodeo por el parque regional del Sureste", decía Paco Segura, portavoz de Comaden.El sábado, los ecologistas recalaron en el pueblo madrileño de Anchuelo. Sus 290 habitantes les recibieron a lo grande. "Nos acogieron de maravilla y todo el mundo vino a la plaza para conocer las repercusiones del Tren de Alta Velocidad", explicaba ayer uno de los participantes. Como en el resto de pueblos visitados, en Anchuelo los ecologistas desplegaron dos paneles de plástico. En ambos detallaban las "negras" repercusiones de la Alta Velocidad. "Ese tren partirá en dos vuestro pueblo, vuestro campo, y degradará el medio ambiente", rezaba un cartel.
Romance del tren
Luego los ciclistas cantaban una letrilla: "Van a escuchar la historia de un ave de mal agüero que hace polvo nuestra tierra y entierra nuestro dinero. Viajando con tanta prisa sólo para en capitales y en los pueblos del trayecto sólo deja vendavales".Los ecologistas durmieron el sábado en Alcalá de Henares y ayer llegaron a la estación de Atocha donde intentaron sin éxito ofrecer su decálogo contra el tren de alta velocidad, el AVE Madrid-Sevilla. Se lo impidieron los vigilantes de Renfe. "Nos han dicho que no teníamos permiso para repartir propáganda y carteles y nos hemos ido". Los ciclistas recogieron el hatillo de las bicicletas y la mitad de ellos, aragoneses y vascos, regresaron en tren a sus ciudades. Lo suyo, decían, es el ferrocarril, pero siempre que circule a velocidad moderada y, sobre todo, no dañe el medio ambiente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- AVE
- Encierros
- Ecologistas
- Ecologismo
- Manifestaciones
- Tren alta velocidad
- Orden público
- Protestas sociales
- Organizaciones medioambientales
- Malestar social
- Trenes
- Seguridad ciudadana
- Ciclismo
- Transporte ferroviario
- Protección ambiental
- Ideologías
- Problemas sociales
- Deportes
- Política
- Transporte
- Justicia
- Medio ambiente
- Sociedad