Suiza se benefició de la purga artística dictada por los nazis
Una serie de documentos conteniendo valiosísima información sobre las obras de arte vendidas o destruidas por los nazis por considerarlas arte degenerado ha sido localizada entre los libros cedidos al Museo Victoria y Alberto de Londres por un marchante de arte de origen judío.Este descubrimiento, que pone de relieve hasta qué punto los coleccionistas y galeristas suizos se beneficiaron de las purgas nazis, ha sido considerado por expertos alemanes como el primer inventario completo de las obras retiradas por los hombres de Hitler de los museos y galerías del país por encontrarlas subversivas y obscenas.Muchas de ellas eran simplemente obras abstractas o modernistas. En otros casos, la razón esencial era la condición de judío del autor. El listado incluye varios cuadros de Vincent Van Gogh, de Pablo Picasso, del caricaturista Georg Grosz, de Edvard Munch y hasta fotografías de Man Ray, artistas que definieron en diversos campos las líneas artísticas de las vanguardias históricas.Los nazis se deshicieron de muchas de estas obras vendiéndolas a bajo precio a coleccionistas suizos; otras fueron simplemente destruidas. Pero, al menos en tres casos, el inventario da cuenta de la venta de cuadros de Van Gogh a Reichsm Goering, título oficial de Hermann Goering, mano derecha de Hifler y jefe de la Lufwaffe, cuya pasión por el arte es sobradamente conocida.Un autorretrato de Van Gogh fue vendido en Suiza por 175.000 francos suizos, mientras cuatro litografías de Lovis Corinth fueron cedidas por el precio simbólico de un franco suizo. El cuadro de Picasso El bebedor de absenta fue otra de las obras de arte retiradas de los museos alemanes.
De la H a la Z
El inventario de todas las obras purgadas por los nazis, clasificado por las ciudades de donde habían sido requisadas por orden alfabético, ocupaba dos libros. Varias copias del primer volumen, de la A a la G, se conservan en archivos de Berlín y Potsdam. Pero el segundo volumen -de la H a la Z- se encontraba en paradero desconocido.Su descubrimiento, entre los libros cedidos en 1977 por la viuda del marchante de arte Harry Fisher al museo Victoria y Alberto, arroja nueva luz sobre el verdadero número de obras de arte afectadas por las purgas nazis.
Susanna Robson, una de las encargadas del mantenimiento de colecciones especiales en el Museo V & A, describía así la importancia del hallazgo: "Lo más emocionante es que, por primera vez, nos encontramos con un inventario completo. Ha habido muchísima gente en Alemania intentando averiguar qué había sido de este documento. Ahora podrán tenerlo a su disposición".
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