Linea blanda
En la antigua Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza se inauguró, el pasado 3 de marzo, una exposición sobre la revista Triunfo. El día 6 tuve la ocasión de asistir, en el Paraninfo de la Universidad, a una mesa redonda sobre 'Triunfo' y su época, en la que participaban dos periodistas que trabajaron en ella -Eduardo Haro Tecglen y Enrique Miret Magdalena- y el que fuera su director y empresario, José Ángel Ezcurra. El último en hablar fue el señor Ezcurra, que rememoró la andadura de la revista: cómo surgió,cómo resistió la censura y clausura de la misma por espacio de algunos meses -durante los cuales sus suscriptores ayudaron a mantenerla- y cómo aquel buque insignia que había resistido los embates de la dictadura, al llegar al puerto de la democracia, fue abandonado por sus lectores y se hundió.No pude evitar pensar en Polanco. Pero la campaña desatada contra él y su empresa resulta, si cabe, mucho más indigna y ver gonzante por cuanto: a) participa en ella un Gobierno salido de las urnas que proclamó en su campaña electoral que sería un Gobierno de "todos" los españoles; b) pretende justificarse aludiendo a un "bien general" cuando, curiosamente, al tratarse de un bien general como es la educación, justifica su política aludiendo a la "libertad de elección"; c) se suma a esta orquesta la Audiencia Nacional, que no podemos decir que constituya en los últimos tiempos un ejemplo de imparcialidad, requisito imprescindible para creer en la justicia.-