"Hemos liberado 200 metros"

"Una piedra más, déjanos tirar una más", suplicaban en vano los chavales a los policías palestinos que ayer formaron un cordón inexpugnable para impedir que cientos y cientos de manifestantes de Hebrón continuaran hostigando a los soldados israelíes. "Vete a casa, habibi [querido], no nos causes más problemas", decía el fornido teniente de la policía a un adolescente que dijo llamarse Mohamed y que, junto con otros 10 escolares, controlaba una esquina no lejos de tres jeeps israelíes repletos de soldados con cascos, chalecos, fusiles en ristre y expresión asustada.La persuasión de la fuerza de contención palestina funcionó, pero sólo al cabo de horas de batallas callejeras entre un millar de chavales que gritaban: "Fuera judíos" y "Jerusalén como Hebrón serán siempre árabes", y centenares de soldados que protegían a los 400 colonos judíos de Hebrón, quienes también lanzaron piedras contra los palestinos. Los israelíes tuvieron que replegarse 200 metros de su puesto en la céntrica calle de Shahade bajo un diluvio de rocas y bombas incendiarias caseras que milagrosamente no causaron muertos. Pero la conquista de ese tramo fue cara: al término de la jornada, dos palestinos recibieron heridas de bala y más de 40 tuvieron que ser atendidos por la intoxicación de gases lacrimógenos, dijeron médicos del hospital Al Alí.

Nadie sabe cuánto tiempo la policía de Yasir Arafat va a ser capaz de controlar la furia de la calle, como la expresada ayer en Hebrón y anteayer en Belén, donde los chabab (chavales) proclamaron la "nueva Intifada", ni cuánto tiempo ha de pasar antes de que un soldado Israelí mate a un manifestante. "Basta sólo un shahid [mártir] para que comience el incendio", susurraba sombríamente un agente de la policía de Arafat. "Y eso es sólo cuestión de tiempo".