Fraga pone a su Gobierno en campaña electoral
El recogimiento monacal servirá en esta ocasión al presidente de la Xunta, Manuel Fraga, para preparar "la próxima gran batalla de Galicia y de España", como él mismo ha definido las elecciones autonómicas gallegas, previstas para el mes de octubre. Fraga y sus consejeros iniciaron ayer en el monasterio de Oseira (Orense) un retiro ya tradicional en los días previos a la Semana Santa y un medio más de impulsar la imagen de su Gabinete ante unos comicios en los que el PP afronta la primera prueba tras alcanzar el Gobierno del Estado.
Fraga ha desoído los consejos que le sugerían la conveniencia de anticipar las elecciones a la primavera. Los plazos para adelantar los comicios están ya prácticamente agotados y todo hace indicar que se celebrarán el tercer domingo de octubre.La maquinaria administrativa de la Xunta será el gran instrumento electoral del PP. Dirigentes del partido confiesan abiertamente que una de las razones por las que se desistió de anticipar la convocatoria electoral es el gran número de obras que Fraga y sus consejeros esperan inaugurar en los próximos meses.
"Vamos a trabajar como todos los años, no hay nada especial", declaró Fraga a su llegada al monasterio cisterciense. Pero lo cierto es que el encuentro pretende convertirse en un escaparate de las realizaciones de la Xunta durante los tres últimos años y de proyectos de futuro con gancho electoral en ámbitos como las infraestructuras, la ecología o la cultura. Hace unas semanas, Fraga ya reunió a todos los altos cargos de la Xunta y les aleccionó para que no desatiendan sus responsabilidades ante lo mucho que se juega el PP en las elecciones de octubre.
Los populares disfrutan de mayoría absoluta (43 diputados en un Parlamento regional de 75 escaños), lo que en principio debería otorgarles margen suficiente para resistir el desgaste de ocho años de gestión y de 12 meses de gobierno en Madrid, que han obligado a la Xunta a rectificar posiciones anteriores en asuntos de tanta relevancia como la financiación autonómica. Sin embargo, encuestas recientes han sembrado cierta inquietud en el PP gallego, obligado a mantener la mayoría absoluta, ya que carece de aliados entre las demás fuerzas políticas con posibilidades reales de estar representadas en la Cámara gallega (PSOE y Bloque Nacionalista Galego son proclives a un acuerdo para desplazar a Fraga).
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