La ex guerrilla salvadoreña espera consolidarse en las elecciones del domingo
El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) se prepara para saborear un pedacito de "poder real". A cinco años de haber dejado las armas, la antigua guerrilla salvadoreña cuenta con honrosísimos vaticinios para las elecciones legislativas y municipales que se celebran mañana. Suyos serán, dicen las encuestas, la alcaldía de la capital y un tercio del Parlamento. El Frente está convencido de que la derecha gobernante, desgastada por la recesión y su impopular política económica, recibirá un voto de castigo.
Se trata de los segundos comicios desde la firma de la paz que en enero de 1992 puso fin a 12 años de guerra civil y a seis décadas de regímenes autoritarios. En marzo de 1994 las elecciones generales dejaron a este país centroamericano en las manos del mismo. partido que gobernaba cuando se firmó la paz: la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena).Además de la presidencia,que asumió Armando Calderón hasta 1999, Arena consiguió 39 de los 84 escaños y 208, de las 262 alcaldías, cargos estos que son los que mañana se disputan en las urnas.
Las encuestas muestran decisivo avance del FMLN, que en 1994 quedó convertido en la segunda fuerza del país. Sus dirigentes calculan que obtendrán 33 escaños (12 más que hace tres años) y quintuplicarán sus alcaldías, con la victoria en unos 80 ayuntamientos.
"El Frente va a ganar. Muchos vamos a votarles para ver si ellos hacen algo". Este argumento que esgrime Agustín, funcionario de la compañía telefónica, es el, que sustenta el optimismo de la antigua guerrilla, que ve ampliarse la base social de sus simpatizantes hacia una clase media castigada por la recesión. Agustín asegura que sus compañeros, que como él eran "puros areneros", ahora son todos "puro FMLN".
El Salvador afronta una desaceleración del crecimiento económico, que no rebasó el 4% el año pasado. Las medidas adoptadas por el Gobierno, como la subida del IVA hasta el 13% y el aumento de las tarifas de servicios públicos, han causado gran enojo en una población con un 50% de parados o subempleados.
Con una serie de promesas como la condonación de, la deuda de los agricultores, la reducción del IVA y la estabilización de precios, el Frente se ha convertido en una amenaza real para Arena. Nada está amarrado, por supuesto, máxime si se tiene en cuenta que hay un 40% de votantes indecisos.
Ante este panorama, los esfuerzos por consolidar la convivencia han saltado por la borda.
El partido gobernante ha decidido hacer frente al "voto de castigo" con la vieja táctica del "voto del miedo": augura un cataclismo si no consigue la mayoría en el Legislativo. "No pierdas tu voto, no pierdas tu país", dicen los anuncios de Arena.
Con todo, los golpes más duros que ha recibido el Frente le han llegado de antiguos, correligionarios, que se han encargado, inexplicablemente, de abrir las viejas heridas de la guerra.
Los ex comandantes Joaquín Villalobos y Ana Guadalupe Martínez, escindidos en 1994 del FMLN para fundar el Partido Demócrata (PD), de tendencia centro izquierda, han acusado a sus ex camaradas de una serie de asesinatos y secuestros.
El Frente no ha querido entrar en ese debate. Según su coordinador, Facundo Guardado, el Partido Demócrata "está desesperado" ante la falta de perspectivas, y con esta maniobra "sólo conseguirá suicidarse".
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