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EL 'CASO ELEJALDE'

Mayor anuncia que será implacable si se demuestra que el etarra que asesinó a Elósegui fue maltratado

El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, comparecerá el próximo lunes en la Comisión de Justicia e Interior del Congreso para explicar el resultado de la investigación abierta para aclarar el origen de las lesiones que sufre el presunto etarra Fernando Elejalde. Éste fue detenido el pasado martes tras matar al psicólogo penitenciario Francisco Javier Gómez Elósegui en San Sebastián. Mayor, que anunció que será "implacabIe" y que no le "temblará la mano" si resultara que algún policía vulneró la ley, reconoció que hasta la tarde del jueves desconocía que el supuesto etarra hubiera sufrido lesiones.

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El ministro manifestó ayer, tras la reunión del Consejo de Ministros, que las primeras investigaciones sobre el caso Elejalde señalan que es posible explicar el origen de las lesiones sin que haya habido torturas.Mayor remarcó que de las pesquisas se deduce que "hay hipótesis que hacen posible la no existencia de torturas", aunque la conclusión deberá determinarla la investigación encargada al comisario principal Jesús Cabello Gallego, de 56 años, jefe de Inspección de Personal y Servicios de Seguridad.

El ministro se refirió al "difícil equilibrio" que tienen que mantener los agentes antiterroristas entre la urgencia por conocer las primeras declaraciones de un etarra recién detenido y la posibilidad de que precisase algún tipo de atención médica. Fuentes policiales coinciden en que éste pudo ser el fallo de los agentes de la comisaría de San Sebastián, ya que quizá se dejaron llevar por la euforia subsiguiente a la captura del supuesto etarra y la "excitación profesional" ante la posibilidad de capturar al resto del comando Donostia.

El titular de Interior justificó que la policía no trasladara antes a Elejalde a un hospital, debido a que las lesiones que presentaba parecían ser fruto de la " pelea muy dura" que mantuvo con los dos agentes que le detuvieron tras una accidentada persecución. Fue atendido de estas lesiones, al sangrar por la nariz y un oído a causa de una perforación de tímpano derecho, en la casa de socorro de la calle de Pedro Egaña, donde no se le diagnosticaron fracturas porque en este centro no hay rayos X.

Policías lesionados

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Fuentes policiales aseguran que hay partes médicos que confirman que uno de los agentes que arrestó a Elejalde sufrió erosiones en el tórax y el abdomen, hematomas en el brazo izquierdo y se queja de dolor en un hombro. El otro policía resultó con artritis traumática en un dedo de la mano derecha y tendinitis rotuliana en la pierna izquierda.

El responsable de Interior reveló que los dos policías no vieron durante la persecución que Elejalde fuera atropellado por un coche, lo que explicaría las fracturas en las apófisis de cuatro vértebras lumbares que fueron descubiertas después por los médicos. El propio detenido explicó, horas después de su captura, que había sido arrollado.

Según el ministro, Elejalde comentó a la policía el pasado miércoles que "no se encontraba mal", y fue la posterior aparición de hematomas y dolor agudo lo que aconsejó llevarle al hospital.

Interior cree posible explicar médicamente que los síntomas de las lesiones que tenía el detenido no aparecieran hasta algunos días más tarde. Mayor insistió en que una juez y una forense visitaron al detenido a las pocas horas de su captura. "Sabemos lo que nos jugamos en esto; los que hemos vivido en el País Vasco y conocemos el daño que han hecho la imagen del GAL y los malos tratos y torturas utilizados por quienes no creen en la democracia. Somos los primeros que tenemos que ser exigentes en esta cuestión", subrayó.

El ministro admitió que no tuvo conocimiento de que Elejalde presentaba lesiones hasta que éste fue hospitalizado el jueves y remitió al resultado de la investigación para determinar si hay que exigir responsabilidad a la policía por no informarle antes.

Según la investigación, el comando Donostia planeaba matar a Ricardo Hueso, presidente del PP en Guipúzcoa, y quemar una casa del viceconsejero de Interior, José Manuel Martiarena.

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