El Supremo británico hace hospitalizar a una menor anoréxica
La joven tiene un historial de abusos
El Tribunal Supremo británico ha sentado un precedente legal al ordenar la hospitalización -y si es preciso el uso de la fuerza- de una adolescente anoréxica de 16 años para que siga un tratamiento médico. Los jueces actuaron pensando en el "interés y bienestar" de la menor, cuyo desorden alimentario puede resultar fatal. La decisión, no obstante, ha reavivado el conflicto planteado entre el derecho del paciente a rechazar atención hospitalaria y las decisiones judiciales que se la imponen.
La joven, que permanece en el anonimato, empezó a tener problemas de peso a los 12 años. A los 14, era ya anoréxica y víctima de abusos sexuales por parte de un hermano. En una ocasión amenazó con suicidarse y estuvo a punto de tirarse por un balcón. En noviembre pasado fue ingresada después de haber comido unas pocas rodajas de pepino en 10 días. La sentencia ha hecho caso omiso de la Ley de Menores, aprobada en 1989, que faculta una reclusión forzosa cuando éstos presentan un historial de fugas. En el caso actual, los médicos aseguraron que el centro no podía garantizar su permanencia y necesitaban apoyo legal para atenderla sin interrupciones. También aseguraron que la chica era capaz de dejar de comer y beber de golpe y podía morir en el plazo de siete días.A la vista de sus declaraciones, el Supremo decidió que lo mejor para su futuro era ingresarla.
La sentencia ha preocupado a la Asociación Médica Británica por las interpretaciones que pueda tener el concepto "uso de la fuerza". Los enfermos mentales y hasta las gestantes que han sido obligadas en los últimos meses a cesáreas contra su voluntad, aparecen entre sus principales protagonistas conflictivos. Portavoces de la asociación barajan ahora la posibilidad de elaborar nuevas normas para menores en situaciones parecidas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.