Erbakan acata la orden del Ejercito de frenar el integrismo en Turquía
El primer ministro Necmettin Erbakan se plegó ayer al dictado de los mandos militares de Ankara, que exigen poner freno a la expansión del integrismo islámico en el laico Estado turco.. Pese a intentar aplazar la aplicación de las medidas anti extremistas aprobadas por el Consejo de Seguridad Nacional (MGK), el islamista Erbakan ha acabado por dar su brazo a torcer. "Las decisiones [del MGK] van a ser aplicadas en su integridad", aseguró la viceprimera ministra Tansu Çiller, su aliada conservadora y pro occidental, tras la reunión que celebró ayer el Ejecutivo de coalición.Las recientes fricciones entre el Gobierno y el poderoso Estado Mayor volvieron a despertar los rumores de un golpe militar en Turquía, un país que ha sufrido tres pronunciamientos castrenses desde 1960. "El Gobierno está comprometido en la lucha contra los integristas", se apresuró a proclamar Luftu Esengun, portavoz del primer ministro y dirigente del islamista Partido del Bienestar, poco antes de que la Bolsa de Estambul saludara el fin de la crisis con una subida del 5%.
Los analistas políticos turcos consideran que Erbakan no pondrá demasiadas objecciones a las medidas que no afectan a los militantes de su partido, pero tendrá serios problemas en las filas del ala más islamista del Partido del Bienestar sí cumple la consigna militar de poner bajo control estatal a las escuelas coránicas de imames, o clérigos musulmanes, el principal semillero de cuadros dirigentes de su Administración. Otras de las medidas aprobadas por el Ejército es la de mantener la prohibición del velo islámico para las funcionarias y las alumnas de centros públicos, que pretendía suprimir el Gobierno de Erbakan.
Colaboradores próximos del primer ministro han dado a entender, sin embargo, que el Gobierno sólo pretende con su aparente sometimiento a los generales reducir la tensión en sus relaciones con el Ejército, si bien Erbakan parece partidario de ignorar aquellas medidas que puedan perjudicarle ante el electorado que le llevó a ser el líder más votado en las elecciones de 1995.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.