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Como diamantes en bruto

Una experiencia piloto acerca los deportes a chavales con fracaso escolar

No han conseguido triunfar en el colegio, pero eso no les ha quitado la capacidad de aprender y ser cariñosos. Así lo creen sus profesores. Son 50 chavales de entre 15 y 17 años que participan en el programa Deporte y Valores, una experiencia piloto que ha puesto en marcha la Comunidad de Madrid en San Sebastián de los Reyes (58.000 habitantes) para evitar que el fracaso escolar genere problemas de convivencia a los jóvenes. La escalada, los equilibrios y los saltos han sido algunas de las actividades elegidas para inculcar valores no competitivos a estos chavales de educación compensatoria -dirigida a los que no han logrado, el graduado escolar-, en un intento de. evitar que su fracaso académico los arroje en brazos de algún grupo violento. La filosofía de esta experiencia piloto, que se extenderá a toda la Comunidad de Madrid, es fomentar el trabajo en equipo y la auto superación. Los profesores del Instituto Nacional de Educación Física (INEF) son los encargados de enseñar las ventajas y los valores del deporte no competitivo. Una película de vídeo grabada durante los ejercicios realizados cada jueves en el polideportivo Dehesa Boyal hará reflexionar a los alumnos sobre sus comportamientos en grupo. "Nos dijeron que si queríamos venir aquí a escalar y nos pareció muy divertido", dice Luisa, de 16 años, ajena a programas, proyectos o filosofía del deporte. Ella y sus compañeras quieren aprobar el graduado escolar este año y además se preparan para ser peluqueras en uno de los talleres de la Casa de la Juventud. Algunas no se conforman sólo con la peluquería y quieren estudiar idiomas o aprender cosmética. Los chicos están apuntados en su gran mayoría al taller de carpintería y también luchan por aprobar el graduado a toda costa. "Me gustaría ser un buen ebanista, aunque con el, paro que hay...", se lamenta José, de 15 años, algo asustado por sus perspectivas laborales. Estos alumnos pertenecen a "clases sociales desfavorecidas" y en algunos casos tienen un historial de "familias desestructuradas", como ahora se conoce a las familias con problemas, graves, según explica Jesús Dazo, coordinador de zona de la Comunidad de Madrid. El compromiso de este programa es prepararles para el mundo laboral y ayudarles a superar sus carencias.

Los profesores de Compensatoria tratan a los chicos con un cuidado exquisito para suplir las carencias que sufrieron muchos de ellos en el colegio. "Les amenazan las tribus urbanas, las drogas o el desarraigo, pero ellos saben muy bien quiénes son de dónde proceden y cómo pueden salir del círculo asegura Carmen Patín, profesora de carpintería, para quien sus alumnos son diamantes en bruto que hace falta pulir.

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