Las discrepancias entre Aznar y Pujol marcan el debate autonómico

Las discrepancias entre el presidente del Gobierno central, José María Aznar, y el socio que le permite gobernar, el catalán Jordi Pujol, marcaron ayer -junto a la ausencia del lehendakari José Antonio Ardanza- el debate sobre el estado de las autonomías abierto en el Senado y que se prolongará hasta el viernes."Tenemos el escenario bien diseñado, y la obra, casi a punto. No estropeemos los últimos ensayos con muecas excesivas". Esta optimista afirmación de Aznar, que aludió a su firme intención de mantener el modelo de financiación pactado con CiU, tuvo el brusco contrapunto de un Pujol que aseguró que "Cataluña no acaba de encontrar su lugar en España". Añadió que la estructura autonómica "no está resuelta definitivamente" y que no lo estará hasta que se reconozca que "Cataluña no es equiparable a la mayoría de las comunidades".

Para los socialistas, la clave está en que el Gobierno no puede imponer el modelo de financiación pactado por el PP y Ciu porque 12 millones de españoles (los que viven en las tres comunidades gobernadas por el PSOE) no lo aceptan. Se niegan por ello a admitir que la cuestión esté cerrada y piden una nueva negociación que permita el consenso.'

La mejor prueba de que el conflicto autonómico sigue latente la dio ayer el PNV. No sólo por la ausencia de Ardanza, sino también por las declaraciones de su portavoz en el Congreso. Según Iñaki Inasagasti, "se ha terminado la actitud de cortesía excesiva" hacia el Gobierno. Desde ahora rechazarán lo que estimen conveniente. Para empezar, pedirán la devolución de dos proyectos de ley. José María Aznar, sin embargo, quitó anoche hierro al conflicto con el PNV y confirmó que en breve se entrevistará con Ardanza y con Xabier Arzalluz.