Cuatro horas y cuarto para declarar y cinco y media para corregir lo declarado

La declaración de Mariano Gómez de Liaño comenzó pasadas las 10 de la mañana y terminó sobre las dos y cuarto de la tarde. En total, 255 minutos.

Pero al firmar el acta el declarante comenzó a matizar lo que había dicho, unas veces porque, según varios letrados, sus palabras habían sido incorrectamente interpretadas y otras porque le gustaba más lo que había preparado antes de ir a declarar.

A las 21.05 acabó la corrección en el juzgado central de instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, con la juez, el fiscal y las partes personadas. Descontada la hora de la comida, habían pasado 335 minutos.

Gómez de Liaño ya había declarado como testigo voluntario el 19 de enero de 1995. Aquella comparecencia estuvo motivada por el hecho de que el juez Manuel García-Castellón, al dictar la prisión incondicional de Mario Conde, hablaba, sin citarle, de Gómez de Liaño como "administrador real" del ex banquero.

Esa mención se debió a que fue el propio Conde quien habló de Gómez de Liaño como su "administrador real". Gómez de Liaño explicó, como testigo, que de administrador , Conde, nada. Según su declaración a la juez, ayer, todo su papel en relación a las operaciones de Banesto investigadas el de un abogado.

Sin embargo, con una tranquilidad solo rota en contadas ocasiones, Mariano Gómez de Liaño acusa a Paolo Gallone, mentir. Pero fueron Gómez de Liaño y Francisco Sitges quienes rogaron a Gallone que cantara. Y, además, todos los movimientos en la Banqi Cantonale Vaudoise (BC realizados por el fiel Rena Galletti, parecen atestiguar lo contrario.