Medio atraco

"Manos arriba, esto es un atraco". Eso coreaban ayer los espectadores en la última corrida de esta inolvidable feria taurina de la Magdalena. No les faltaba razón. Los tres primeros toros fueron de escándalo. Los tendidos, llenos a rebosar. Los espectadores, con las manos en alto. Los toritos, tanto el titular como el sobrero, inválidos de juzgado de guardia. Los tres segundos toros no se cayeron y hasta tuvieron su castita. De modo que hubo ayer en Castellón medio atraco.Dicho lo cual, el trianero Emilio Muñoz, con el que abrió plaza no se confió un pelo. Dio una tanda queriendo estar hondo, se adornó con un afarolado y hasta allí. Le dio pasaporte al jandilla con un pinchazo y media estocada y escuchó unas palmitas. En el segundo de su lote gustó un poco más al público.

Joselito poco pudo hacer con los dos inválidos que le tocaron, el titular y el sobrero. En el quinto ya fue otra cosa. Claro que para ello dispuso del mejor toro del encierro. Se lo llevó Joselito a los medios, corrió la mano derecha con gusto y ejecutó, a pesar de todo, una faena de mérito. Con el estoque perdió una oreja pero se llevó otra.

La segunda oreja de la tarde la consiguió Rivera Ordóñez con una voluntariosa faena al que cerraba plaza, aunque fue el diestro quien se lo hizo todo. Incluso le comió el terreno al bicho, se echó encima del astado y, como además tiene fotogénica sonrisa, animó al respetable. Así, antes de que se enfriaran, cuadró pronto y mató de estocada caída. Se ganó una oreja. Y eso porque el público, como diera buena cuenta de las bandejas de saladitos y pasteles, ya había olvidado cómo empezó la gala.