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Sin nada que hacer

El funcionario que más cobra de Arganda lleva siete meses sin trabajar

Vicente G. Olaya

Enrique Chicote, de 46 años, técnico de la Adminisración general, ex interventor municipal, lleva siete meses recluido en unas dependencias municipales, situadas a cuatro kilómetros del casco urbano de Arganda, sin nada que hacer. Durante todo este tiempo, y dado que el Ayuntamiento se niega a darle trabajo a pesar de que acude todos los días a su puesto y de que es el funcionario que más cobra del municipio por la cantidad de trienios acumulados, ha tenido tiempo para leer varios libros de economía, todas las leyes de régimen local, el reglamento de bienes inmuebles, un diccionario de filosofía y una novela histórica. Chicote desconoce por qué el Ayuntamiento del PP, se niega a darle trabajo. "He pensado mucho en ello y, por más vueltas que le doy, no lo comprendo. Creo, que es una represalia política por haberme presentado a las elecciones por Izquierda UnidaEl Ayuntamiento lo niega y dice que Chicote está encargado de elaborar el inventario de bienes municipales. A hora bien, el Consistorio no ha sabido decir desde cuándo Chicote lleva a cabo esta labor y por qué su despacho carece de teléfono y ordenador.

Este técnico, licenciado en Económicas y funcionario por oposición desde hace 16 años, fue hasta octubre de 1992 el interventor municipal de Arganda (29.000 habitantes). Discrepancias con el entonces concejal de Hacienda, de lU, le llevaron a dimitir.

"Cosas raras"

"Yo pensaba que las cosas tenían que hacerse de una manera, y el concejal de otra. Como no estábamos de acuerdo, dimití como interventor y volví a mi puesto de técnico. Y así fueron las cosas hasta que en mayo de 1995, el nuevo gobierno del PP empezó, a encargarme cosas raras. En septiembre me ordenaron revisar listados interminables de recibos antiguos pendientes de cobro. Luego, no se cobraron.

En julio del año pasado, fue destinado, sin una función concreta, a la junta del barrio de La Poveda. Y abrió su despacho: una mesa, una silla y un armario vacío. Sin teléfono, sin ordenador, sin archivos, pidió una tarea concreta y un teléfono para comunicarse con el exterior. El coordinador del centro le comunicó que los únicos teléfonos disponibles eran para el concejal, para una televisión local y una revista, que comparten edificio con él.

Chicote tampoco obtiene respuesta a sus continuas peticiones de trabajo. "Nunca me dicen nada. No sé ya a quién recurrir. Ayer [por el jueves] el Ayuntamiento me trajo un ordenador viejo sin programas y al que le falta el cable de la impresora. Ya no sé qué hacer. El Ayuntamiento dice que me ha encargado hacer el inventario de bienes y es verdad. Me lo dijeron la semana pasada, pero pedí que me trajeran las escrituras y dijeron que no podían salir del Ayuntamiento".

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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