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Tres falsos subasteros, procesados por estafar 63 millones a personas de buena fe que necesitaban casa

Los subasteros (personas que suelen acaparar mediante chanchullos los pisos que licitan los jueces) tuvieron tres extraños competidores entre 1991 y 1992: Antonio G. A., Pablo S. H. y Porfirio A. M. Los tres se sentarán en breve en el banquillo de los acusados de la Audiencia para responder de delitos de estafa y falsedad de documentos. La fiscalía de Madrid lespide un total de 36 años de cárcel por, presuntamente, hacerse pasar por subasteros y estafar 63 millones de pesetas a siete personas de buena fe a las que prometieron conseguir un piso barato en las subastas. Según el fiscal, los acusados urdieron una trama que consistía "en obtener beneficios ilícitos económicos" mediante "la captación de clientes interesados en la adquisición de viviendas" procedentes de subastas. En presencia de los clientes "simulaban" que eran subasteros y se jactaban de saber cómo conseguir pisos baratos en los juzgados. Todas las operaciones las canalizaron a través de la sociedad mercantil Grupo GMS, Financiación e Inversiones, de la que eran socios. Una vez captado el cliente, según el fiscal, les hacían firmar "sendos contratos de mandato y representación"'. O sea, les daban a elegir su piso entre los que salían a subasta (son publicados en el BOE) y les decían que la sociedad se encargaría de todo. Luego "les exigían sucesivas y cuantiosas sumas en concepto de consignación [para participar en una subasta hay que depositar en el juzgado un 20% del precio en que el juez tase la casa] y para ulteriores pagos" derivados de la puja.Para acallar las quejas de los clientes, que veían cómo pasaba el tiempo y los pisos no llegaban, los procesados se valieron de las más variadas argucias. Llegaron hasta el extremo, a tenor del. escrito del fiscal, de falsificar resoluciones de jueces y secretarios. Todo para hace r creer a los clientes que los trámites judiciales iban por buen Camino.

Una de las víctimas de esta trama es Jesús R. F. Tras entregarles más de 23 millones por una vivienda en la calle de Arturo, Soria, Jesús acudió al juzgado, sin que lo supieran los acusados, para interesarse por la puja. Llevaba en su poder una resolución judicial, que le facilitaron los acusados, en la que figuraba como propietario del piso. Como en los demás casos, el escrito era falso, según el fiscal. No fue la única víctima. A la pareja formada por Félix M. y Gema M. le sacaron otros nueve millones por un piso en la calle de Santa Engracia, y a Federico B., 12 millones. El dinero de las víctimas (entre ellas, una pareja de novios) nunca se destinó al fin pactado. Tampoco ha sido devuelto.

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