La economía alemana aumentó sólo un 1,4% pasado

Los datos de la Oficina Federal de Estadística de Wiesbaden confirmaron ayer que la economía alemana sufrió un desfallecimiento en 1996, con un crecimiento me dio de sólo un 1,4% del producto interior bruto (PIB). de Para hoy se espera la cifra de desempleo de febrero, que registrará un ligero aumento, hasta casi 4,7 millones de parados. En desempleo, al menos por ahora, Alemania parece haber tocado techo. Como noticia positiva, la economía alemana batió en 1996 las marcas en exportación, con el máximo volumen jamás registrado y el mayor superávit de la balanza comercial desde la reunificación en 1990.

La confirmación del bajo crecimiento, con estancamiento en el último trimestre del año pasado, al crecer sólo un 1,9% frente al 2,3% del trimestre anterior, no parecen haberle restado moral al ministro federal de Economía, el liberal Günter Rexrodt (FDP). Inasequible al desaliento, Rexrodt le quita importancia a la pájara de la economía a fines de 1996 y mantiene que este año se logrará el pronosticado 2,5% de crecimiento del PIB.

No parece que hoy la estadística sobre paro vaya a confirmar las noticias alarmistas de hace cuatro días, cuando el sensacionalista Bild am Sonntag anunciaba 4,8 millones de parados en febrero.

El paro toca techo

Todo parece indicar que el paro subió y se batirá de nuevo la peor marca desde los años treinta, pero. la subida es casi insignificante y no se rebasarán los 4,7 millones. La mejoría del tiempo eliminará en los próximos meses el paro estacional, sobre todo en la construcción.

Pero el problema del paro en Alemania tiene carácter estructural y así lo ponen de manifiesto las cifras de crecimiento económico. En 1996, la economía creció un 1,4%, pero al mismo tiempo se destruyó medio millón de puestos de trabajo. La productividad por trabajador aumentó un 3,4%. Eso significa que se cumple aquello que decía la vieja fábula de "traba jar para su dañó". Cuanto más rinden lo " s asalariados, más pues tos de trabajo destruyen.

La exportación, con cifras excelentes, es casi la única luz en el negro panorama económico. Los sindicatos sacan a relucir esas cifras para acusar de llorones a los empresarios. El presidente del IG Metall, Klaus Zwickel, critica el eterno lamento patronal sobre los elevados costos salariales. Según Zwicke1, el superávit de la exportación demuestra que Alemania produce a precios competitivos en el mercado mundial.

La buena marcha de la exportación se atribuye en gran parte a -la caída del marco respecto al dólar y a las otras monedas europeas. Claro que el ansia vacacional y de sol de los alemanes devora el superávit de la balanza comercial. La balanza de pagos es deficitaria. El superávit comercial de 917.600 millones de marcos (8,2 billones de pesetas) se convierte en un déficit de 54.900 millones de marcos (más de 4,6 billones de pesetas) en la, balanza de pagos.