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Oriente Próximo habla de paz y prepara la guerra

El bazar armamentista capitaliza la incertidumbre política y la bonanza petrolera en los países del Golfo

Cada vez que Sadam Husein mueve algunos de sus tanques o cuando los ayatolás de Irán se ufanan de su poderío militar, legiones de empresarios occidentales se embarcan hacia los multimillonarios emiratos del golfo Pérsico con atractivos catálogos de los más modernos, codiciados y costosos equipos militares. En la mayoría de los casos se mar chan dejando satisfechos a reyes y emires de una zona que se aproxima rápidamente a una saturación militar sin precedentes.Casi siete años después de la invasión de Kuwait y seis desde la espectacular campaña aliada pira castigar a Bagdad, los requeridos de la agresión iraqui, siguen asustando a las monarquías árabes del golfo Pérsico a pesar de Ia formidable presencia de ejércitos de la coalición capitaneada por Estados Unidos. Los árabes del Golfo no vacilan en adquirir lo ultimísimo en aviones, tanques, misiles, barcos y sistemas electrónicos de fabricación occidental.

Se trata de una racha que ha convertido la zona, desde Arabia Saudí hasta Qatar, en el sueño dorado de fabricantes de armas y sus diligentes intermediarios. Aunque oficialmente la reciente visita a Washington de una delegación de Arabia Saudí presidida por su ministro de Defensa, el príncipe Sultán, sé inscribiera en el marco de consultas de cooperación, fuentes de la industria aeronáutica dieron por hecho que los saudíes iban a reiterar su interés por adquirir escuadrones de F- 16 para renovar su arsenal de F- 15, una operación multimillonaria que se halla todavía en el limbo dadas las objeciones israelíes.

De concretarse esa operación, Arabia Saudí mantendría con creces su posición de liderazgo indiscutible entre los árabes empeñados en armarse hasta los dientes. Sólo en el periodo comprendido entre 1987 y 1994 se calcula que Estados Unidos realizó transferencias de armas al reino saudí por un valor de 75.900 millones de dólares (más de 11 billones de pesetas). Esto al margen de contratos pendientes por un valor de 25.000 millones, de dólares adicionales hasta finales de siglo.Estados Unidos lleva claramente la delantera en la obtención de contratos, pero sus aliados del Reino Unido y Francia se han consolidado como rivales de cuidado, con ventas británicas a Qatar y francesas a Arabia Saudí, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos (EAU).

El apetito militarista de los EAU ha, registrado un incremento a raíz de los evidentes progresos en la consolidación de Irán como indiscutible fuerza en la zona. Para muchos analistas árabes, la carrera armamentista en el golfo Pérsico refleja un pánico injustificado y que, sólo beneficia al gran bazar internacional. Irak acaba de mostrar que tal es la ruina de su industria bélica que ha accedido finalmente a entregar a la comisión de desarme de la ONU partes vitales de lo que queda de sus cohetes modificados Scud. La destrucción de su infraestructura y el férreo control internacional sobre sus actividades militares restan valor a la posibilidad de que. pueda convertirse de nuevo en una amenaza.

Irán, por su parte, está tratando de tranquilizar a sus vecinos afirmando que el desarrollo de sus Fuerzas Armadas es puramente defensivo. El presiden te Alí Akbar Hachemi Rafanyani ha admitido en una entre vista con la cadena de televisión Middle East Broadcasting System. (MBC) que Irán ha logrado notables progresos en su programa de misiles con material chino y surcoreano. "No debemos olvidar que Irak atacó nuestras ciudades con misiles en la guerra entre, 1980 y l988", dijo, "pero no tenemos propósitos hostiles, hacia nuestros vecinos". Aun así, los avances del programa de misiles iraní, junto con la introducción de un tercer submarino avanzado de fabricación rusa en la Marina iraní a mediados de enero, ha fortalecido sospechas de las monarquías árabes, de que Teheran puede algún día cerrar el estrecho de Ormuz, por donde pasa gran parte del vital suministro de petróleo de la zona hacia Occidente.

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