Legitimidad de voto

HA PASADO un año desde el triunfo del PP. Es hora de que, además de sus descalificaciones, se oigan sus argumentos. En caso contrario, hay que pensar que carece de ellos. Al nombrar director general de la televisión pública a Fernando López-Amor, el Gobierno incumplió el compromiso de Aznar de ofrecer el cargo aun "independiente de prestigio no ligado al PP ni a ningún otro partido". Eso no es una opinión, sino una evidencia. Tal vez haya razones que justifiquen el cambio de criterio. Pero hasta el momento nadie las ha expuesto, y menos que nadie el propio Aznar, que rehusó acudir a la sesión parlamentaria en que la cuestión se planteó por primera vez y que en la segunda, este miércoles, fue aún más lejos en su huida de la cuestión: negó a los socialistas autoridad moral para plantearla.Esta actitud empieza a ser muy inquietante. En la anterior legislatura, y practicamente desde su inicio Aznar negó a los socialistas legitimidad para gobernar al grito de "váyase, señor González". No contaban, al parecer, los votos obtenidos en las urnas. Ahora se la niegan para actuar como oposición y pedir explicácibles al Gobierno por sus incumplimientos. Quien haya redactado la respuesta de Aznar tal vez haya quedado muy satisfecho con las frasecitas destinadas a descalificar a los socialistas por su "política de personal" cuando estaban en el Gobierno. Sin embargo, es seguro que de haber tenido una razón que alegar, aunque fuera débil, la habría esgrimido: ni el mejor sarcasmo vale lo que un argumento. Una democracia madura es aquella en la que la discrepancia no excluye el mutuo reconocimiento. En la reciente historia del PSOE hay también excesos descalificatorios cuando gobernaba Suárez. Pero ésa es tarea que el sistema democrático asigna, de oficio a la Oposición. Algo grave está ocurriendo cuando es el Gobierno el que la asume. Si el presidente no reconoce legitimidad para ejercer el control del Gobierno a un partido que ha obtenido 9,3 millones de votos, apenas 300.000 menos que los que le dieron a él acceso a La Moncloa, ¿quién podría, según Aznar, criticar su política? ¿Considera que esos millones de votantes no están legitimados. para tener una voz en el Parlamento?