El tiroteo del domingo hace planear sobre Nueva York el fantasma del terrorismo

Cuatro años después del atentado del World Trade Center, el fantasma del terrorismo ha regresado a Nueva York. La familia del palestino que abrió fuego el domingo contra los turistas en el observatorio del Empire State Building ha negado que se tratara de un acto terrorista. De todas formas, la posibilidad de que Nueva York vuelva a ser peligrosa e insegura mantuvo en vela ayer a las autoridades.

El alcalde y la policía han saneado la imagen de la ciudad en los últimos años, pero los administradores del Empire State Building relajaron sus controles de seguridad en 1993 porque eran malos para el negocio. Ayer, cualquier persona podía entrar en el Empire State Building, sin identificación y acceder a sus más de 80 pisos de oficinas. Sólo el observatorio, en el piso 86º, estaba cerrado por la investigación policial. Tras el atentado del World Trade Center en 1903, el Empire State Building instaló detectores de metal, pero se retiraron al poco tiempo por entorpecer el movimiento de turistas. Tres millones de personas suben al famoso rascacielos cada año. La empresa que lo administra mantiene que la seguridad era adecuada.

Poco antes de las cinco de la tarde del domingo (once de la ñoche en España), un palestino de Gaza llamado Ali Abu Kamal subió al observatorio del rascacielos y preguntó a algunos de los turistas que contemplaban el atardecer desde las alturas si eran de Egipto. Seguidamente, Abu Karnal, de 69 años, comenzó a disparar una pistola semiautomática Beretta de calibre 38. Mató a un joven danés de 27 años e hiró a otras seis personas antes de suicidarse de un disparo en la cabeza. La esposa de Abu Karnal aseguró ayer en Gaza que su marido no perpetró el atentado por motivos políticos, sino que estaba "desesperado" por una cuestión financiera, según informa Reuter. El FBI reiteró ayer que se trataba del acto aislado de un "demente".