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"Los que empiezan han de pagar por torear"

El novillero sevillano José Antonio Morante Camacho, Morante de la Puebla -el mejor de su escalafón durante la temporada pasada, según muchas opiniones-, habla poco pero muy claro. "Los novilleros somos una ruina", dice en conversación telefónica desde La Puebla del Río, Sevilla, localidad donde nació hace 17 años y de la que ha tomado el apodo. "Muchos compañeros, desgraciadamente, si quieren torear tiene que pagar o montar festejos con otros. La situación es desastrosa".Morante no ha pasado por estos trances, según él. "Yo nunca he puesto dinero", dice, "y he tenido la suerte de torear mucho y de continuo. Yo sólo iré donde, al menos, me paguen los gastos".

Su nombre sonó fuerte con el triunfo en Sevilla, en abril del año pasado. "Las cosas salieron muy bien. Corté una oreja y perdí la salida a hombros por pinchar al segundo novillo". Además cortó una oreja en la Feria de Otoño de Madrid. Pero el éxito más importante lo obtuvo en octubre, en el festival de José María Plaza en Las Ventas, donde salió por la puerta grande. "Fue lo mejor que me ha pasado desde que quise ser torero".

Morante quiso ser torero desde que nació. "Según mi madre yo no paraba de jugar con toallas y trapos", dice. "Con cinco años me puse delante de una becerra, que me cogió al segundo muletazo". Sus juegos no eran los de un niño de finales de siglo. "A mí lo que más me gustaba era jugar al toro con mis amigos. Entrenaba con mi primo, que también quería ser torero, y con un amigo que unas veces quería ser torero y otras veces futbolista. Al final los dos se rajaron. Ellos sólo querían jugar. Yo, ser torero".

"Un día, tendría yo seis o siete años", continúa, "estábamos entrenando en la puerta de mi casa y nos vio el padre de Espartaco, que pasaba por allí con el coche. Se paró y me dio 20 duros. 'Para un chupa-chups', me dijo. Me quedé un poco extrañado: con 20 duros tenía para 20 chupa-chups. Bajó mi padre y habló con él. Le dijo que hacía mucho tiempo que no veía entrenar a un niño así".

A Morante le hubiese gustado tomar la alternativa en la Maestraza el Domingo de Resurrección o en la Feria de Abril de manos de Curro Romero, pero su apoderado no ha llegado a un acuerdo con la empresa. "Ésa es la ilusión de todo torero sevillano, y con Curro Romero, el no va más", dice. "A mí es un torero que me gusta mucho, tiene magia, naturalidad, sentimiento, todo lo que a mí me gustaría tener. Era mi gran ilusión. Ahora, ojalá que la pueda tomar en Madrid en junio o julio".

Morante debutó de becerrista a los 11 años y con picadores el año 1994, en el que toreó 32 novilladas. En 1995 ya fueron 42, incluida la presentación en Madrid.

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