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Los GRAPO rompen el diálogo con Interior porque "no aborda las causas del conflicto"

Los tres dirigentes presos de los GRAPO que negociaban con el Ministerio del Interior la disolución de la banda armada comunicaron ayer a su abogado, Juan Manuel Olarieta, que rompen los contactos. José María Sánchez Casas, Fernando Hierro Chomón y Francisco Brotons Beneyto -confinados en Sevilla II- se quejaron de que el Gobierno sólo plantea soluciones personales para los presos, pero no aborda las "verdaderas causas del conflicto" ni garantiza que una vez en la calle puedan militar "en libertad y sin persecuciones". Como prueba de que es una ruptura total y no "un puñetazo en la mesa", el grupo negociador se considera disuelto desde ayer.

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"Si hemos aguantado 20 años en la cárcel, podremos soportar otros 10", dijo Olarieta que le comentó ayer Hierro Chomón. Los activistas presos, que iniciaron los contactos con el Gobierno el 17 de abril de 1996, mantuvieron el 7 de febrero el último encuentro personal con los negociadores: dos agentes del Cesid que se hacen llamar Alberto y Enrique y a los que los grapos llaman "los mala sombra".En esa reunión, según los terroristas, el Gobierno asumió el compromiso de agrupar a los 60 presos del GRAPO en cinco prisiones en el plazo de una semana: los hombres irían a Topas (Salamanca), Herrera de la Mancha (Ciudad Real) y Ocaña 1 (Toledo); y las mujeres, a Brieva (Ávila) y Soto del Real (Madrid). Los GRAPO ratificaron ayer mismo al abogado Juan Manuel Olarieta que el compromiso no se ha cumplido.

Fuentes del Ministerio del Interior consideran que las negociaciones se mantienen y que el Gobierno ha demostrado su buena voluntad con traslados de presos y mejoras penitenciarias. Una de ellas, según Interior, es la que disfrutan los 11 negociadores de Sevilla II, agrupados en un mismo módulo. Los grapos sostienen que los dos agentes del Cesid han intentado en todo momento mantener abierto el proceso de diálogo. De hecho, todavía ayer, el Gobierno no había informado de la ruptura.

El viernes 14 y el martes 18, los agentes del Cesid se pusieron de nuevo en contacto con los grapos presos a través de un teléfono de la jefatura de servicios de la prisión sevillana. Los activistas explicaron entonces su temor a que el Gobierno estuviera orquestando una campaña para dividir a la organización, situando de una parte al secretario general del PCEr, Manuel Pérez Martínez, Camarada Arenas, y de otra a los reclusos.

El abogado de los grapos explicó este planteamiento: "Los presos no quieren que se dé la impresión de que Arenas, en París y con 400 millones cobrados del secuestro de Públio Cordón, es partidario de endurecer las posturas en la negociación con el Gobierno, mientras que los presos, con 20 años de cárcel a sus espaldas, son más blandos y quieren una solución personal". Esto es lo que, según los dirigentes terroristas, pretende el Gobierno.

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De ahí que, en una carta dirigida a sus presos a la que ha tenido acceso EL PAÍS, el Camarada Arenas -en la actualidad fuera de España- advierta: -"La avalancha de mierda ha comenzado. No importa. La esperábamos. No pensábamos, tenemos que reconocerlo con la mayor modestia, que empezara tan pronto y así de improviso. El Gobierno, evidentemente, ya se ha saltado la negociación, el primero de los acuerdos que él mismo se impuso. Bien, señores del PP: ¡Uno-Cero! Veremos cómo termina esta partida".

El grupo negociador de Sevilla II asegura que la conflictividad social que motivó el nacimiento de los GRAPO "se mantiene vigente". En su reflexión sobre la situación del país, los grapos consideran que conflictos como el del cable de Tarifa (Cádiz), el de Duro Felguera (Asturias) y los disparos en la manifestación convocada por HB en Bilbao demuestran que "el Estado sigue respondiendo con la represión a los movimientos sociales".

El Camarada Arenas, secretario general del PCEr, advierte en la misma carta que, si los presos quieren salir a la calle, "no es por una cuestión personal", sino para "seguir defendiendo las mismas ideas y proyectos democráticos-revolucionarios que les llevaron a ella. Y de defenderlos por las buenas, de forma pacífica si nos dejan, o por las malas si no nos dejan".

Los grapos presos están elaborando un comunicado que darán, a conocer en los próximos días para explicar de forma detallada las razones de su ruptura.

Mientras, el grupo negociador se considera disuelto y teme que la Dirección General de Instituciones Penitenciarias empiece a dispersarlos.

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