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Un policía mata a un hombre que amenazó armado a sus vecinos

Jan Martínez Ahrens

Un agente de la Policía Municipal de Madrid mató ayer de un tiro a José de la Cruz, de 38 años, separado y con una hija. El hombre falleció prácticamente en el acto a la puerta de su casa, en la zona vieja de Tetuán. El balazo le alcanzó en el cuello. El Ayuntamiento afirmó que, previamente al disparo, el fallecido había encañonado al agente con un "arma". Momentos antes de su muerte, De la Cruz, fuera de sí, había sido detenido, según la policía, por amenazar a los viandantes con una escopeta y una pistola de avancarga (de carga delantera). Ninguno de los vecinos consultados por este periódico vio al fallecido armado. El Ayuntamiento tampoco explicó qué tipo de arma empuñaba De La Cruz antes de recibir el tiro.

Los hechos ocurrieron pasadas las cinco de la tarde en, el numero 35 de la calle de San Bernardino. La versión difundida por la Policía Municipal afirma que a las 17.10 recibió la llamada de un vecino que avisaba de la presencia de un hombre que iba por la calle armado. Una patrulla de la Unidad de Vigilancia Administrativa 1 Norte acudió."Tras comprobar que efectivamente un hombre se encontraba en la calle con un arma intimidando y amenazando a las personas que por allí pasaban, los agentes intentaron desarmarle, después de que este individuo les encañonase, consiguiendo finalmente arrebatarle las dos armas que llevaba: una especie de escopeta de cañones recortados y uña pistola de avancarga", según la nota oficial.Posteriormente, y siempre según la versión policial, Juan de la Cruz huyó hacia su vivienda, un segundo piso del número 35 de la calle de San Raimundo. Una vez en su casa, empezó a tirar por el hueco de la escalera y por la ventana sus enseres: maletas, colchones, libros, mantas. Dos agentes de la Unidad de Seguridad que habían acudido en ayuda de sus compañeros se dirigieron hacia la vivienda y alcanzaron a De la Cruz.

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Un testigo afirma que el fallecido estaba desarmado poco antes de morir

VIENE DE LA PÁGINA 1La Policía Municipal sostiene que fue entonces, en el interior del Inmueble de la calle de San Raimundo, cuando José de la Cruz se hizo con un tercer arma -"de la que se desconoce su naturaleza, aunque de aspecto, real", señala el comunicado policial, que, sin embargo, sí que ofrece una descripción exacta de las dos armas requisadas con anterioridad-.

Acto seguido, amenazó a los agentes y les recordó que estaba dispuesto a todo e incluso, según esta versión, les gritó que "iba cargado de coca hasta el culo". "Ante el riesgo evidente que tal amenaza representaba para la vida de los agentes, uno de ellos disparó", señaló la Policía Municipal en su comunicado.

El teniente de alcalde y concejal de Seguridad, José Ignacio Echeverría, que acudió al lugar de los hechos, confirmó esta reconstrucción. "Esperaba al agente con un arma en la mano y le encañonó, por eso el policía disparó", dijo Echeverría.

Uno de los pocos testigos de los últimos momentos de vida "de José de la Cruz fue Demetrio Pozuelo, de 62 años. Este vecino, al salir al trabajo, se encontró con De la Cruz en el descansillo del inmueble.

"Le vi sentado en el hueco de la escalera, al lado de las cosas que había tirado. Junto a él estaba un policía que le dijo: 'Siéntese en la escalera y fúmese un cigarrillo, ya se tranquilizará'. José le respondió muy irritado: 'No me siento, que se me va a escapar el hijo de puta ese'. Entonces empezó a subir las escaleras. El agente que estaba con él le siguió. Arriba había otro policía. Yo salí a la calle y después oí un disparo, uno sólo. En ningún momento le vi armado", contó Pozuelo.

José de la Cruz vivía en el segundo piso del número 35 de la calle de San Raimundo desde hace unos 10 años. Separado y con una hija, se dedicaba a la reparación de electrodomésticos. Los vecinos nunca le vieron en la calle con armas. Tampoco le consideraban especialmente peligroso. Fornido, de piel muy blanca y pelo negro, su paso, más que miedo, suscitaba comentarios de extrañeza.

"Hablaba sólo y era muy excéntrico, siempre iba con su perro caniche, lo quería más que a nadie", dijo una vecina. Otro, dueño de una tienda de iluminación, añadió: "Le llamabamos José El Loco. Armaba broncas continuamente. El piso era suyo y recibía a muchas amigas a las que gritaba barbaridades, incluso desde el telefonillo. Tenía también una novia, una chica muy flaca, a la que trataba fatal".

El cadáver fue conducido por orden judicial al Instituto Anatómico Forense, donde hoy se le practicará la autopsia. El agente municipal que efectuó el disparo prestó ayer declaración ante la Policía Judicial. La Jefatura Superior de Policía informó que no se le interrogó en calidad de detenido. El servicio de ambulancias municipales Samur no preciso que tipo de herida sufrió José de la Cruz.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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