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Entrevista:

"Nací aquí a los veintisiete años"

, "Siempre anduve escapando, pero ahora es la primera vez que siento que me voy a quedar, y es aquí, en Madrid". Esto decía ayer Joaquín Sabina (Ubeda, Jaén, 1949), camino de Barajas. Le esperaba un concierto en Málaga; y hoy de nuevo aquí, que sus amigos le quieren cerca. Esta noche recibirá un abrazo de muchos en un acto-homenaje a su trayectoria musical, justo en estos días en que también se ha sorprendido con la llegada de sus ya 48 años. Por lo demás, después de su último trabajo Yo, mi, me contigo, ya son 11 los discos que tiene en la calle y él, aunque no es muy soñador, "sigue haciendo canciones que un día le traigan un disco de ensueño".Fue poeta antes de nada, la música se adhirió después y con esta dualidad vive; es como ser andaluz y madrileño a la vez. Además, dice, "antes de esperar a que la gente vaya a una librería y compre un libro yo se lo grito a la cara, esto es lo bueno de la canción", comenta. Y así se ha convertido en el más chulo de los chulos, en el poeta de esquinas y bares que cuenta historias de cirrosis y sobredosis, prinicesas o macarras. Todo, es un suponer, que hablamos, por ejemplo, de Madrid.

Pregunta. De considerar monográficas sus canciones uno tendría que darle ya por muerto de las veces que se ha suicidado...

Respuesta. Sí, es que resucito siempre. Hay que morir cada día; tienes que suicidarte para después dar un corte de mangas y decir, ¡es mentira!

P. ¿No será que tiene siete vidas porque: es medio gato?

R. Sería un privilegio para mí, además me encantan las gatitas.

P. ¿En qué momento está de su peripecia, vital?

R. Maravilloso, porque esta noche (ayer) toco, y eso te redime de todo.

P. Le homenajean, sus compañeros le han nominado como mejor autor pop-rock en los Premios de la Música, ha sido su cumpleaños... ¿también son motivos para estar contento?

R. Los homenajes me sonrojan y me hacen sentir mayor, pero no puedo evitar que mis amigos me quieran dar un abrazo. La nominación me hace mucha ilusión, porque son los propios compañeros los que lo deciden y eso es muy importante en estos momentos de ninguneo.

P. ¿Ninguneo?

R. Es un término que aprendí en Hispanoamérica y me gusta. Quiere decir cortar la cabeza a los más altos.

P. Pongamos que hablamos algo más de Madrid, ¿qué decimos?

R. Que ésta es una ciudad babilónica y maternal. Que la pisé por primera vez con 16 años, cuando vine a ver Las Meninas al museo del Prado.Que huele a bocadillo de calamares y eso es maravilloso. Y que, en realidad, nací aquí a los 27 años y he recuperado el tiempo.

21.00 Homenaje a Joaquín Sabina. Entrada libre. Crisol. Calle de Galileo, 110.

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