La Politécnica de Madrid, la más lenta en aplicar los nuevos planes de estudios
Sólo la supera en el retraso la UNED, pero representa "un caso particular"
Si la media nacional de alumnos matriculados a tiempo completo en los nuevos planes de estudio, aplicados desde el curso 1990/91, es del 36% (últimos datos relativos al curso 1995/96), hay universidades, como Politécnica de Madrid, que no alcanzan el 19% mientras otras, como la Autónoma de Barcelona, ya rozan el 80%. La UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) no llega al 4% pero el carácter nacional de esta universidad y su enseñanza a distancia le confieren un estatus especial, "ya que todas las reformas están basadas en el uso del tiempo de aula", explica Francisco Michavila, secretario general del Consejo de Universidades.Otro caso particular es el de la Universidad de Sevilla, que aparece en los datos facilitados por el Consejo con un 3,46%. Sin embargo, el vicerrector de planes de estudios, Juan José Iglesias Rodríguez, rectifica y asegura que ya están inscritos en los estudios de la reforma el 25,8% de los alumnos.
La autonomía universitaria permite que los ritmos de implantación difieran. Unas más rápidamente; otras, más lentas y otras... lentísimas, las universidades han ido adaptando sus aulas a la normativa de 1987 sobre los 2.000 nuevos planes de estudio, estructurados en créditos y que representan 133 titulaciones, casi el doble de las que había antes de la reforma.
Mientras algunas universidades van quedando en la cuneta, el último pleno del Consejo (en el que están presentes todos los rectores) pisó el acelerador en diciembre pasado, aprobando una revisión de esta normativa: las cosas van a cambiar para rectificar algunos defectos, recomendando una reducción de asignaturas, de horas lectivas y de exámenes.
Presión de los docentes
Las razones de la dilatación del proceso en algunas universidades son múltiples y van desde la presión de los profesores en determinadas escuelas y facultades, hasta las limitaciones impuestas por la estructura de las universidades. Las de nueva creación han aplicado un ritmo más fluido debido, normalmente, al hecho de existir menos intereses acumulados en el cuerpo docente. Pero incluso dentro de una misma universidad, ya sea de cuño antiguo o reciente, ha habido centros y centros, unos más flexibles y dispuestos a los cambios, otros más conservadores. Este conservadurismo suele responder no sólo a los intereses del profesorado, también juega un papel importante una componente que diluye la profesión dentro del centro y aleja a éste de sus fines estrictamente académicos.Las facultades de Derecho, por ejemplo, han tenido una tendencia al retraso motivado por una resistencia del ámbito profesional. Lo mismo sucede con determinadas ingenierías, consideradas como atrapadas en las redes de la profesión y con menor carisma universitario. En la Complutense, no tiene nada que ver el proceso rápido que han seguido los químicos con el retraso de Derecho. Otro ejemplo: la velocidad media alcanzada por la Politécnica de Cataluña y el furgón de cola en que se mantiene la Politécnica de Madrid cuya Junta de Gobierno decidió esperar. "Nuestra universidad presentó al Consejo de Universidades los nuevos planes de estudios de la mayoría de sus centros de acuerdo con los criterios del real decreto de 1987, pero en julio del 93 el Consejo dictaminó no homologar la mayoría de los presentados", relata Saturnino de la Plaza, rector actual de esta universidad que ya ha establecido una serie de acuerdos con el Consejo para acelerar el proceso.
El Consejo puso impedimentos a los planes de la Politécnica e Madrid porque sus carreras ofrecían un exceso de horas lectivas. Saturnino de la Plaza justifica este hecho y explica que el colectivo de profesores de las escuelas universitarias ve en un menor número de horas una rebaja que puede colocar a sus titulaciones demasiado cerca de las de Formación Profesional.
En el caso de la Complutense, el típico ejemplo en el que los centros han ido a ritmos diferentes, ha habido razones corporativas pero también de tipo demográfico debido a su gigantismo. Hoy, sólo son Derecho y Veterinaria (en esta última empezarán a aplicarse a partir del curso próximo) las que llevan un retraso sustancial. En Derecho, con los planes nuevos aprobados, no los aplican "porque el plan antiguo satisface", explica un profesor. "Este año", añade, "hemos tenido más peticiones que en ninguna otra facultad de Derecho". "En general, yo calificaría el ritmo de nuestros centros de absoluta normalidad", afirma Rafael Puyol, rector de la Complutense.
La celeridad de algunas de las universidades catalanas se explica por su tradición vanguardista, con cambios en la línea de la reforma incluso anteriores a la aplicación de ésta. Otras, como la Carlos III de Madrid, donde la totalidad de los alumnos estudian en los nuevos planes, deben su situación a su reciente creación, que ya contaba con la reforma.
En general, podría afirmarse que unas universidades han apostado claramente por la estructura en departamentos que ofrecía como novedad la Ley de Reforma Universitaria (LRU, aprobada en 1983), y que pretendía acabar con la estructura vertical que daba el protagonismo a las facultades. Si fuera posible recorrer con lupa en mano el funcionamiento de todos y cada uno de los departamentos se podría apreciar el salto de lo antiguo a lo moderno al distinguir la presencia en los mismos de la componente práctica. Es decir, el mayor o menor grado de estímulo hacia las relaciones con el exterior y la influencia de la universidad en la atención de las necesidades productivas y sociales del entorno.
El caso de la UNED
Con cerca de 150.000 alumnos, en la UNED "no hemos dado el pistoletazo de salida", comenta Ramón Pérez Juste, vicerrector de ordenación académica, "porque aquí es muy complicado. Es difícil en una universidad a distancia cambiar materiales o poner en funcionamiento asignaturas de libre configuración. Pero estamos en la línea del cambio", añade Pérez Juste. En la UNED optaron "por la prudencia", a la espera del resultado del proceso en las otras unversidades y calculan que para el curso 1998/99 el proceso habrá concluido.
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