_
_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El pretexto

DESDE QUE, en 1898, Emile Zola lanzara, desde el diario L'Aurore, su célebre 'J´accuse' en defensa del capitán Dreyfus y en contra del antisemitismo, los intelectuales franceses han mantenido su disposición a intervenir en los asuntos públicos desde la esfera que les es propia; es decir, erigiéndose en conciencia moral cada vez que el poder político pone en peligro las libertades. El debate en la Asamblea Nacional y en el Senado de la llamada ley Debré, que pretende "regular los flujos migratorios" en Francia, ha hecho que esos intelectuales, encabezados por 66 cineastas, llamen "a sus conciudadanos a desobedecer y no someterse a leyes inhumanas".El "artículo de más" que ha desbordado el vaso exige de cualquier persona que albergue a un extranjero que comunique a la alcaldía la fecha de su llegada y también la de su marcha. De no hacerlo, aparte de perder el derecho a acoger a quien sea durante dos años, esa persona se convierte en cómplice de las hipotéticas fechorías que pueda cometer el extranjero durante y después de su paso por el domicilio. La directora de cine Claire Denis, por ejemplo, considera que este mandato es "una orden de delación".

En la práctica, la ley, que es idéntica en estos apartados a la dictada en 1941 por el régimen de Vichy, sólo que donde dice "extranjero" entonces escribía "judío", permite crear archivos de extranjeros, implica a los alcaldes en tareas policiales suplementarias y, sobre todo, convierte a los forasteros no europeos en potenciales apestados. Los cineastas han propiciado una reacción en cadena: escritores, actores, periodistas, pintores, dibujantes, médicos, libreros, músicos, arquitectos y centenares de profesores universitarios también han expresado su voluntad de desobediencia civil. Entre los firmantes, muchos nombres ajenos a este tipo de protesta: desde Catherine Deneuve hasta Henri Cartier-Bresson. El diario Libération, en su editorial de ayer, se fija como objetivo conseguir "un millón de firmas antes de que la ley sea- estudiada de nuevo por la Asamblea Nacional".

La propuesta de Libération es una respuesta implícita a las críticas formuladas por algunos no firmantes, como el historiador Emmanuel Todd -autor, entre otros, de Le destin des immigrés- o el filósofo Alain Finkielkraut. Para ellos, el manifiesto corre el riesgo de ensanchar el abismo que separa a las élites culturales y científicas de una gran parte de la población. "Hay que evitar la movilización lírica de la casta de la gente célebre", dice el filósofo. El historiador concluye que "los franceses tendrán de nuevo la sensación de que esas élites culturales, tan solidarias con los inmigrados, no demuestran, en cambio, la menor solidaridad con las víctimas económicas". En definitiva, para los dos críticos, que califican como "inicua" la ley, el problema estriba en que "la emigración no es, ni de lejos, el principal problema de la sociedad francesa".

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

¿Por qué tanta indignación? Sencillamente, porque el fracaso de las distintas políticas para frenar lo que ya se llama el horror económico ha creado el caldo de cultivo ideal para el discurso populista del Frente Nacional de Le Pen. Los socialistas han tardado cinco días en su marse, en tanto que partido, a la protesta. El fascista FN es hoy el eje de la vida política, gala, el que determina los debates. Según Jean Daniel, se ha llegado a esa situación porque "se ha abandonado la nación a los nacionalistas, y la República, a los demócratas mundialistas". Porque un modelo de sociedad basado en la integración o asimilación a través de la escuela y el trabajo ha deja do de ofrecer escuela igual para todos y porque hoy, a menudo, la función de los partidos y los sindicatos la desempeñan las mezquitas o el comunitarismo étnico.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_