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Tribuna
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La pizarra se fue al palco

Por una vez la pasión que suele acompañar a los banquillos de los estadios de fútbol se trasladó al palco. La sanción a Radomir Antic y la decisión de Carlos Alberto Silva de no ocupar todavía el banquillo hizo posible que el duelo táctico se viviese esta vez lejos de. la banda. Pero la distancia no enfrió los ánimos de ambos entrenadores. Tanto Silva como Antic se comportaron como suelen hacerlo cuando ejercen su profesión desde el lugar habitual. Sólo las continuas llamadas de Antic por el teléfono móvil a su segundo delataban que algo raro sucedía.Ambos ténicos no se privaron de realizar aspavientos cuando sus jugadores fallaban ocasiones o si el árbitro tomaba una decisión contra su equipo. Los dos también se apresuraron a bajar a los vestuarios cuando concluyó el primer tiempo para corregir errores. La única diferencia fue que Silva sí acudió a la sala de prensa para opinar sobre el partido, mientras que Antic dejó que lo hiciese Carlos Aguiar. El segundo técnico rojiblando reconoció la superioridad del Deportivo en el primer tiempo y se lamentó de las ocasiones falladas por su equipo tras el descanso. Silva destacó el pressing del Deportivo y expresó su deseo de comprobar si la incorporación de Renaldo puede aportar más efectividad a su juego.

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Los puntos de Djukic

Pero las rarezas del partido no se acababan en el extraño emplazamiento de los entrenadores. El morbo de ver jugar al Deportivo en el estadio de uno de sus máximos rivales era otro de los alicientes. Sin embargo, el reducido aforo de San Lázaro hizo que el campo estuviese prácticamente copado por más de 10.000 seguidores que llegaron de La Coruña. Paradógicamente, San Lázaro vivió una de las mayores entradas de su historia cuando el equipo local no jugaba. El comportamiento de los hinchas fue bueno a pesar de que se produjo algún destrozo en la grada. No faltaron tampoco los gritos de "Santiago es una aldea" pero las diferencias se olvidaron con una gran ovación, cuando, se agradeció por la megafonía la hospitalidad del Ayuntamiento y del club santiagués. Por una vez San Lázaro fue un pequeño Riazor.La mala noticia para el Deportivo fue un encontronazo fortuito entre Djukic y Naybet que obligó a ambos jugadores a abandonar el terreno de juego. El jugador serbio tiene fractura del tabique nasal, lesión de la que ayer mismo fue intervenido quirúrgicamente. Sin embargo, el fuerte golpe no le hizo perder el buen humor. "Espero que el equipo saque algún punto más que los que yo me llevo", dijo Djukic cuando el partido aún no había concluido.

La última anécdota fue el sentido del humor de un linier que recomendó a Donato que se fuese "a rezar", ante las protestas del jugador hispanobrasileño. Donato debe estar pensando en regalarle una de sus biblias.

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