¡Hasta siempre!
Mágica, creativa, entrañable... probablemente la mejor serie dentro de esa programación carente de imaginación que sufrimos. Sin Joel Fleischman ya no era lo mismo, y la, serie perdía audiencia y encanto a un tiempo. Llegó el fin, pero no con él el olvido. El imaginario y cálido pueblecito de Alaska y sus personajes pervivirán en el recuerdo de sus incondicionales espectadores que, cuando menos, merecen un pequeño homenaje por permanecer, pese a los continuos cambios de horario, enganchados hasta el final. Cicely, echaremos de menos nuestra cita semanal. ¡Hasta siempre!-
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