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Tribuna
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Consejos a la flecha

Vista y calce ropa cómoda, y sobre todo póngase el menor número posible de prejuicios: le espera a usted uno de los paseos más físicamente fatigosos que cabe hacer, según investigaciones del Instituto de Altas Energías, y es el recorrido por una feria de Arte, y particularmente una feria de arte contemporáneo: según las últimas investigaciones, este recorrido cansa a razón de cuatro kilos/pie por kilómetro lineal, justo un poco más que el recorrido descalzo por una playa de dunas (3,5 k/p) y sólo un poco menos que el paseo por grandes almacenes en rebajas (4,45- k/p). (El máximo(5,6 k/p) es aguantar, aunque sea sentado, el vídeo-largometraje de unos amigos que acaban de pasar sus vacaciones en el Caribe). Pero no es obligatorio volver a casa a prepararse un baño. Si atiende algunos de los siguientes consejos, es posible que esta noche tenga incluso agradables sueños, imágenes memorables.La feria de Arte Contemporáneo ARCO, dedicada este año a Latinoamérica, ya está hoy en la fase multitudinaria, que es cuando la gente normal y corriente puede ir a ver cuadros. Además de los zapatos cómodos, es pues recomendable que lleve una botella de agua mineral y (en su caso) limpios los cristales de las gafas. Como no le quedará más remedio que integrarse en el centro mismo de la procesión, es posible que las jaculatorias ajenas le distraigan. No atienda pues las exclamaciones de: "Esto lo puede hacer mejor mi sobrino Paquito", que suele inspirar el arte abstracto, ni caiga usted en el lamento multitudinario: "¡¿Y a esto le llaman arte?!"

Y por una razón: Piense que eso mismo han estado diciendo millones antes que usted, y otros tantos lo dirán después, y que casi siempre es la pregunta más inútil que cabe hacer. De modo que para qué gastar energías: déjele ese duro trabajo a los profesionales del adjetivo. Si no le gusta algo, simplemente bórrelo de su vista, olvídelo (esa es a la postre la crítica más elocuente) y busque algo que sí le guste y, mejor aún, le sugiera y le inspire. Verá qué pronto lo encuentra. Agárrese a algo para que no lo arrastre la corriente de la procesión central, y disfrútelo.

Es cierto que este año la feria está destinada a Latinoamérica, lo que no quiere decir casi nada: piense que ese territorio multiplica Europa unas cuantas veces, y también tiene mucha gente, cada uno de su padre y de su madre. No va a ser fácil porque muchos -incluidos algunos artistas- intentarán hacerle ver los cuadros como si fuesen banderas o productos nacionales: boleadoras argentinas, quenas bolivianas, plátanos dominicanos o corridos mexicanos, o más pintoresco aún: como si fueran acciones de bolsa. No haga caso -el arte tiene que ver realmente poco con los pasaportes y menos aún con la bolsa-, pero al tiempo sea comprensivo: hay muchas familias que viven de ese jueguecito de las banderas y las etiquetas, que cuando no es sangriento puede resultar muy gracioso.

Y de la misma forma, no se deje colocar el discursito de los maestros. Esa ventaja tiene el arte plástico: que es fácil de comprobar. De modo que cuando le digan que un fulano es El Artista Más Importante del Ultimo Medio Siglo (pronúncielo con mayúsculas), antes de aceptarlo échele un vistazo a otras obras, incluidas las que están en las carpetas: es posible, incluso probable, que encuentre Artistas Menos Importantes que -hoy por hoy- le sugieren más. De eso se trata. Pero esa es la historia, más que del arte, del comercio del arte. Primero llega un Botero con una idea, digamos, y cuando todo el mundo aplaude se le congela en una fábrica de escultura para impresionar a alcaldes, que son los que tienen acceso a los presupuestos de verdad. Otros entretanto están. haciendo en la penumbra el arte de la época. Y sobre todo no se lamente: es inútil y desgasta.

Resumiendo, no abuse del café, respire hondo y limpie su cabeza de todo el ruido que le han estado colocando desde las cuatro esquinas, incluido éste. Mire las obras y simplemente escuche lo que le quieren contar. Y relájese. Seguro que toda esa muchedumbre de colores esconde piezas de verdadero arte. Descúbralas. Luego las recordará.

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