González: "No sólo me acuerdo de los asesinos de Tomás y Valiente, también de los que querían su muerte civil

, En silencio y sobre la misma explanada en la que hace un año gritaron a los terroristas "¡Basta ya!". Así recordaron ayer alumnos y profesores de la Universidad Autónoma de Madrid al catedrátido de Derecho y ex presidente del Tribunal Constitucional Francisco Tomás y Valiente, asesinado por ETA el 14 de febrero de 1996 cuando se encontraba en su despacho de la facultad. El Poder Judicial y destacados dirigentes políticos, como Felipe González, se sumaron a otros actos que ayer se celebraron en su homenaje.Una alumna se dirigió a los 300 presentes: "Los estudiantes queremos recordar al profesor Tomás y Valiente y a todos aquellos que han sido víctimas de la violencia, perdiendo su vida, como ha ocurrido esta misma semana, o encontrándose secuestrados, como es el caso de José Antonio Ortega Lara y de Cosme Delclaux, Ahora, desde el respeto a su memoria, guardemos cinco minutos de silencio". Todos callaron. A continuación, el rector de la Autónoma, Raúl Villar, inauguró una avenida con el nombre del que fuera presidente del Constitucional.

Hasta su tumba, en el cementerio de El Pardo, se acercaron su viuda, sus cuatro hijos, una nutrida representación del Poder Judicial y el ex presidente del Gobierno Felipe González. Tras el silencio de la ceremonia floral y después de visitar la sepultura del ex ministro de Exteriores Francisco Fernández Ordóñez, González dirigió duras palabras a los asesinos de Tomás y Valiente: "Siento lo de Paco Tomás. Le quitaron la vida en el momento de plena madurez, cuando estaba produciendo más que nunca, cuando tenía la capacidad creativa y una tranquilidad que nos permitía a todos que nos fuera útil, a los que, teníamos una responsabilidad y a los alumnos que iban a sus clases".

En el mismo tono, acusó también a quienes querían "su muerte civil". "No sólo me acuerdo de los asesinos, que hicieron eso con Paco Tomás; también me acuerdo de algunos que están ocultos y que querían su muerte civil. Hoy, como saben que la gente está con ellos, están ocultos. Están tapados, detrás, a veces, de páginas de periódicos. A esos miserables quiero decirles que también me acuerdo de ellos, porque van a hacer lo mismo con gente de bien".

Ante la sobria sepultura del magistrado, el presidente del Tribunal Constitucional, Alvaro Rodríguez Bereijo, calificó el asesinato como un "desgarro" para la Constitución. Y recordando las estelas latinas se despidió: "Que esta tierra sea leve al recuerdo de Tomás y Valiente y no desfallezcamos en la lealtad a la que obliga su memoria".