Estaba anunciado
Es temerario para la economía de un país, que avanza como el resto del mundo en el terreno de la globalización económica, de la competitividad, tener un sector básico y estratégico como es el transporte desestructurado. El transporte de mercancías por carretera es un sector desvertebrado, atomizado, con baja formación y descapitalizado.Apenas el 32,4% de las autorizaciones están acreditadas en el Ministerio de Fomento para medir la representatividad de las diferentes asociaciones, siempre suponiendo que no hay autorizaciones repetidas en los diferentes listados.
El desarrollo de la actividad se ha ido degenerando de tal manera, los abusos diarios han llegado a tal nivel, que los transportistas están imposibilitados hasta para protestar. Los ensayos con resultados fallidos no se pueden asumir por las pérdidas ocasionadas sin resultados posteriores.
Pero esto ha sido mal interpretado por demasiados observadores:
- La Administración, principalmente, por hacer caso de malos consejos, y porque un transporte desvertebrado implicaba un precio más barato y proporcionalmente un abaratamiento en los productos y su reflejo en el IPC.- Los autodenominados patronal del sector, cuya dimensión para más de cinco vehículos por empresa no llega al 2%, pero a quien verdaderamente representan es a los intermediarios y comisionistas que con su porcentaje también prefieren esa desvertebración.
- Los medios de comunicación, intoxicados unos y dependientes otros, pero que con su falta de rigor informativo de investigación han ocultado un problema hasta que ha sido irremediable.
El transportista, el verdadero protagonista del sector, no ha estado engañado en ningún momento, las cuentas no salen desde hace años. Esos dirigentes que llevan años y años negociando deben negociar sus propios intereses, porque las medidas anunciadas repetidamente no se ven ni se notan, cada vez se andan más kilómetros, con más gastos y con menos precio.
Sólo esperaba saber el número del gordo para comprar el décimo, en cuanto ha confirmado la seriedad de la convocatoria de paro general con su carácter indefinido y por quién estaba apoyado, no la ha dudado: ahora o nunca.
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