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Tribuna:
Tribuna
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Propuesta

Porque en los momentos de irracionalidad y violencia hay que buscar refugio en la bondad y la belleza que surgieron del verdadero dolor para evitar que la ira nos convierta en lo mismo que detestamos. Porque hay que oponer a la maldad murallas del más puro cristal para que el odio acabe por horrorizarse ante su propio reflejo. Porque somos y estamos y amamos y podemos salir adelante, ya estamos adelante, a años luz de la caverna en donde se envilece la única España que hoy pretende helarnos el corazón. Por tantos motivos, háganme, háganse un favor. Busquen una hermosa película o una buena obra de teatro, o acérquense a su librería predilecta y cómprense un volumen de poemas. Seleccionen la música que ha sobrevivido a la miseria humana. Instálense ante su paisaje preferido, cómprense flores, bésense. Hagan el amor, salgan a pasear sean felices y enteros, hijos de la razón, criaturas del milagro de la conciencia y sus conquistas. Desafíen, viviendo, a los ayatolás y rebanadores de gargantas de pueblos reales, a los cantamañanas de patrias inventadas para justificar su vocación de sicarios.Yo, que estoy en Madrid, me acercaré al teatro del Círculo de Bellas Artes para calentarme el ánimo con la obra de una mujer progresista, judía y resistente, que sufrió de verdad y convirtió su dolor en belleza. Natalia Ginzburg cuenta lo eterno en La secretaria, primera pieza teatral suya que se estrena en España, en traducción de la querida Carmen Martín-Gaite y gracias al esfuerzo de la actriz Marta Fernández Muro y de quienes la arropan en el sensato invento llamado Desatino Teatro. La voz queda de Ginzburg, en mi caso; en el de ustedes, lo que sea. Pero hagan lo que quieren hacer, no lo que quieren ellos. Que su inmensa fealdad, física y moral, no les perturbe.

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