El saqueo del palacio

, El palacio del Canto del Pico, residencia de nobles, lugar de descanso de Antonio Maura, presidente del Gobierno español durante el reinado de Alfonso XIII, cuartel del Ejército republicano y refugio veraniego del general Franco, fue saqueado sin piedad entre 1976 y 1988.

Cuando el dictador murió en 1975, el edificio pasó a manos de sus herederos. Hasta su venta en 1988 a la empresa SHL, fue expoliado por vándalos de todo tipo. Anticuarios, chamarileros y desaprensivos se llevaron todo lo que quedaba de valor. Las esculturas medievales de las escalinatas fueron arrancadas de cuajo, las columnas góticas del palacio del Infante (Zaragoza) desaparecieron, las colecciones de libros fueron quemadas en la chimenea y un cañoncito mecánico fue vendido como chatarra. Alguien intentó incluso arrancar las verjas procedentes del monasterio de las Salesas (Madrid) y levantar los azulejos toledanos del siglo XVI.

Este saqueo contrasta con la actitud de las personas que lo habitaron durante años. Los generales republicanos Miaja y Rojo siguieron desde sus balcones la batalla de Brunete. Cuando se fueron no faltaba ni un ladrillo. El general Franco, a quien el conde de las Almenas cedió el palacio en 1940, tampoco se llevó nada. Otra cosa es lo que pasó después de su muerte. Las pistas se desvanecen.