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El PSOE teme que el Ejercito profesional se torne un reducto de marginación social

Anabel Díez

La lejanía de unas elecciones y el hecho de estar en la oposición ha convertido la ponencia-marco del PSOE para el congreso de junio en un texto que más tiene de reflexión que de programa político. Sus líneas maestras -pertenencia a un partido de izquierda con un proyecto nacional, defensa del interés general con especial atención a los sectores más desfavorecidos- se someterán ahora a un debate de cuatro meses. Un punto importante de discusión es la profesionalización del Ejército: temen que éste se convierta en un reducto de marginación social y que su coste ponga en riesgo partidas sociales.

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, Todos los responsables de área del PSOE han elaborado su parcela, que ha sido puesta en común por el secretario de Estudios y Programas, Joaquín Almunia. La ponencia-marco de los socialistas se analizará por primera vez en la Ejecutiva del próximo lunes y desde ahí empezarán las correcciones y enmiendas.Apenas hay propuestas concretas y todo son deseos de que las cosas vayan mejor en todos los ámbitos. También se abren muchos interrogantes, que no tendrán respuesta en el congreso de junio sino que seguirán siendo objeto de debate hasta que se vean impelidos a concretar por unas elecciones generales.

De momento no se aprecian en este texto indicios de autocrítica, y mucho menos los autores se detienen a analizar el porqué de haber pasado a la oposición. Las llamadas a la honradez de los cargos públicos se dejan para la parte final y se deja claro que los corruptos han sido "la excepción".

Los socialistas dicen que un partido de izquierda en estos momentos no debe ser "ni de masas ni de cuadros, es decir, de profesionales de la política", sino de gentes en constante relación con los ciudadanos y sus problemas. No les cabe duda de que el PSOE aporta "un proyecto nacional" para toda España, defiende "los intereses generales" dada su vocación "mayoritaria", y basa su idearlo en los principios de "libertad, tolerancia, progreso y solidaridad". Ya desde hace tiempo se ha caído de este corolario el concepto de igualdad. Una y otra vez se señala, no obstante, que el PSOE no olvida "su concepción originaria" y pone especial atención "a los más desfavorecidos" y a quienes se encuentran en situación de "pobreza y marginación".

En esta ponencia-marco se intercalan críticas al actual Gobierno por algunas de sus políticas, poniéndolas en contraste con lo que quiere el PSOE. Así, se reprocha al PP que "rompiendo un pacto con las demás fuerzas políticas" haya anunciado la profesionalización del Ejército. Aunque se asume su implantación, los socialistas van a estar atentos a su coste, y se opondrán si la financiación de un Ejército profesional pone en riesgo las políticas de bienestar social.

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En segundo término, el PSOE vigilará "el número y la composición de sus efectivos, con el fin de luchar contra su configuración como reducto de la marginación social". En todo este apartado, el PSOE ha atendido las sugerencias del secretario general de las Juventudes Socialistas de España, José Manuel Caballero.

Otro punto concreto de crítica al Gobierno se desliza en el largo apartado dedicado a la Unión Monetaria. No se deja duda alguna respecto a que España tiene que estar desde el primer momento, pero se estima que el Gobierno "ha elegido una política costosa en términos sociales". "No se trata sólo de llegar, sino también de mantenerse desahogadamente en la moneda única, lo que requiere un tipo de política económica distinta a la del Gobierno".

Educación, Sanidad y Cultura son lastres parcelas en las que el PSOE establece un camino propio que les distingue de la derecha. Arrecian las insinuaciones en los dos primeros de que el PP tiende a la privatización de estos sectores públicos. Otro de los apartados más extensos de este trabajo se dedica a las posibles fórmulas para crear empleo. La idea del reparto del tiempo de trabajo será la base de otras reflexiones.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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