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La Audiencia de Madrid considera penalmente irrelevante impedir la entrada a una discoteca

Jan Martínez Ahrens

, Impedir la entrada de una persona a un local público carece de relevancia penal. Así lo considera la Audiencia Provincial de Madrid en una sentencia que cierra el caso de Maura Chávez Salinas, hondureña nacionalizada española, que la noche del sábado 20 de abril fue rechazada en la puerta de la disco teca Palace.La mujer proclama que se trató de un caso de racismo -ella es negra-. Los jueces lo ven de forma distinta: consideran que la mujer carecía de invitación para entrar y que, por tanto, al tratarse de un problema con las normas de funcionamiento del local, debe dirimir sus diferencias en otra parte. Decisión ésta ante la que Maura Chávez Salinas clama otra vez.

La mujer dice que por supuesto que acudió a esa "otra parte". Y para probarlo blande un acta del Servicio de Inspección de Control y Sanidad del Ayuntamiento, ante el que ella también reclamó. El documento, sin embargo, establece que faltan pruebas que constaten los hechos denunciados y concluye con un lacónico "archivo". Y Maura Chávez Salinas arremete de nuevo: "¿Será posible? Pedí la hoja de reclamaciones y me la negaron. Me fui a la comisaría y no quisieron atenderme, diciéndome que ése era un caso del servicio de atención al consumidor. Acudí de nuevo a la discoteca para hablar con el jefe de sala y obtener invitación, y otra vez no me dejaron entrar. El portero incluso se mostró desagradable y me dijo que me fuera a otra parte, a los tugurios que hay en esa calle. Entonces me fui al Departamento de Protección al Consumidor a quejarme, y allí me dijeron que debía presentar denuncia en comisaría. Y lo hice. ¿Y de qué ha servido? Pues para que me digan que no todos tenemos derecho a divertimos". Maura Chávez Salinas habla en el despacho de su abogado, José Antonio Moreno, de SOS Racismo. No tiene empacho en mostrar los documentos del departamento de consumo en el que se recoge la versión de la discoteca. Una versión poco agradable para ella. El acta dice: "La reclamante ha sido cliente asidua de la discoteca, pero debido al comportamiento que en repetidas ocasiones ha mostrado, sentándose a las mesas ocupadas por otros clientes, bebiendo de sus vasos, hablando con ellos y últimamente por ir acompañada de un individuo que portaba navaja, se ha decidido no dejarla pasar para evitar males mayores. En una ocasión se le devolvió el carnet para pasar porque ella les pidió perdón y aseguró que no bebería".

La inspección municipal, además, encontró que la discoteca poseía hojas de reclamaciones, las licencias en regla y un cartel en la puerta reserva del derecho de admisión. Y sobre el supuesto racismo, la discoteca recordó a los inspectores que personas de color poseen tarjeta vip del local y que el pinchadiscos es marroquí, y un portero, suramericano. Pero a Maura Chávez Salinas eso no le basta y vuelve a la carga: "Eso es todo mentira. Jamás me he emborrachado en la discoteca. Son todo calumnias por racismo. Nadie nos puede humillar, nadie".

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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