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OFENSIVA TERRORISTA

El etarra Karaka, principal sospechoso del asesinato

, Jon Bienzobas Arretxe, Karaka, es el principal sospechoso del asesinato de Rafael Martínez Emperador, según fuentes policiales. Éstas, sin embargo, aseguran que la identificación de este activista se basa sólo en el testimonio de una persona, que cree reconocerle en las fotos que le ha mostrado la Brigada de Información de Madrid. La pistola usada en este crimen es la misma que fue empleada para dar muerte al teniente coronel Jesús Cuesta el pasado 8 de enero.Interior tiene acreditado que Karaka es uno de los integrantes del comando Madrid, a través de una huella dactilar encontrada en un piso franco del número 5 de la calle del General López Pozas, descubierto el mes pasado por la Guardia Civil. Esta vivienda fue alquilada con un carné falso con la foto del presunto etarra Francisco Javier Gallaga y con los datos de un vecino de Pajares de la Lampreana (Zamora), ajeno a ETA. La policía sospecha que en ese piso vivió también Idoia Martínez García.

En otra vivienda del número 51 de la calle del Doctor Fleming, localizada a finales del pasado noviembre, se hallaron las huellas de Ainhoa Múgica Goñi, Rufino Arriaga y Juan Antonio Olarra Guridi. La policía sospecha que éste último también intervino en el atentado de ayer.

En el domicilio de la calle del Doctor Fleming, los etarras dejaron abandonadas cuatro granadas, armas, explosivos y útiles para fabricar bombas, así como varios disquetes informáticos. Éstos contenían datos sobre 586 potenciales objetivos terroristas, entre ellos casi una veintena de magistrados del Supremo.

Según Interior, el nombre de Rafael Martínez Emperador no estaba en estos disquetes. Sin embargo, fuentes policiales sostienen que la identidad del magistrado había aparecido en algunos documentos incautados en Francia, aunque se le citaba "de forma genérica, igual que a otros muchos jueces", sin que haya constancia de que ETA hubiera controlado sus pasos.

"El atentado de ayer es la crónica de una muerte anunciada", señaló un magistrado de la Audiencia Nacional, quien recordó que desde hace meses hay serios indicios de que la judicatura es un objetivo prioritario de ETA. El 14 de mayo pasado, los escoltas del juez Carlos Divar detectaron a dos etarras cerca de su domicilio. Un mes después, el magistrado José Antonio Jiménez Alfaro sufrió amputación de varios dedos por la explosión de un paquete-bomba en la Audiencia Nacional.

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