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Bill Clinton anuncia que EE UU tendrá superávit presupuestario en el 2002

, Las finanzas públicas norteamericanas tendrán superávit en el año 2002, o al menos eso es lo que asegura el proyecto de presupuestos para el ejercicio fiscal 1998 presentado ayer por Bill Clinton. Con esta jugada, Clinton declaró abierto el gran pulso anual entre los dos extremos de la avenida de Pennsylvania, particularmente feroz cuando, como en este caso, con un Ejecutivo demócrata y un Legislativo de mayoría republicana, la Casa Blanca y el Capitolio no están en manos del mismo partido.Clinton prevé que durante el año fiscal 1998, que comienza el próximo 1 de octubre, el Gobierno federal gastará alrededor de 1,69 billones de dólares e ingresará 1,57 billones, lo que supone un déficit de unos 120.600 millones, inferior a los 125.600 millones de dólares con que terminará el presente ejercicio.El proyecto contempla recortes en Medicare (la asistencia sanitaria a los ancianos); mantiene el nivel del gasto de Defensa, donde se incluye el dinero destinado a mantener las tropas en Bosnia durante 18 meses, y concede interesantes ventajas fiscales a las familias para la educación de sus hijos, en particular los que envíen a la universidad.

La Casa Blanca profetiza que el déficit seguirá bajando en los próximos años, para convertirse en un superávit de unos 17.000 millones de dólares en el año 2002. De este modo, además de cumplir sus promesas de campaña, Clinton quiere hacer un regalo a su vicepresidente y delfin Al Gore, aspirante, a convertirse en el primer candidato demócrata a la presidencia del tercer milenio.

Estados Unidos sufre un déficit presupuestario crónico desde 1969. El desequilibrio de las cuentas públicas se agravó en los años ochenta, bajo la presidencia de Reagan, a causa del incremento de los gastos defensivos en el acto final de la guerra fría y de la política de reducción de la presión fiscal, especialmente para los millonarios y las empresas.

Clinton recordó ayer que el déficit se ha reducido en un 60% desde su llegada a la Casa Blanca, en 1993. Y volvió a pedir a la mayoría republicana del Congreso "colaboración leal para terminar el trabajo".

Los conservadores batallan estos días para introducir una enmienda a la Constitución de EE UU que obligue a todos los futuros gobiernos federales a presentar presupuestos equilibrados. Aun declarándose partidario del equilibrio en las cuentas, el presidente Bill Clinton está en contra de esta iniciativa. Como muchos políticos y economistas del país norteamericano, cree que no se debe atar constitucionalmente las manos a un futuro Gobierno que, por razones de crisis económica, necesite utilizar déficit.

Los republicanos abrieron ayer mismo las hostilidades cuando John Kasich, su jefe en el Comité de Presupuestos de la Cámara de Representantes, declaró: "El presidente prometió que la época del gran Gobierno había terminado, pero cada día nos viene con nuevas propuestas que expanden la acción del Gobierno". Los republicanos son partidarios de fuertes rebajas fiscales- y de severos recortes del gasto.

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