González recuerda a Aznar que no tiene prisa por volver al Gobierno
, El secretario general del PSOE, Felipe González, intenta convencer a los actuales gobernantes de que no tiene prisa "ni ganas" de volver al palacio de la Moncloa. "Si se lo creyeran quizá se comportarían de otra manera". Tanto el líder socialista como su vicesecretario general, Alfonso Guerra, coincidieron ayer en su acerba crítica al Gobierno y ambos se declararon amigos.González y Guerra tuvieron oportunidad de explicarse en sendas entrevistas radiofónicas. El primero, en Onda Cero, en el programa La radio de Julia, y Guerra en Los desayunos de Radio Nacional. A juicio de González, en España ocurre lo contrario que en cualquier país europeo. Aquí el Gobierno crea tensión y la oposición está tranquila. "El nerviosismo debe ser porque los sondeos les van mal o por la inexperiencia, o por todo junto", opinó. "Si comprendieran los de Moncloa que no tengo prisa y ni siquiera tengo ganas de volver al Gobierno, se comportarían de otra manera", sentenció.
No hubo negligencia
El líder socialista considera que la denuncia gubernamental de que los socialistas propiciaron una supuesta amnistía fiscal tiene que ver con los resultados de los sondeos electorales. "Deciden que hay que cambiar los sondeos volviendo a ser la oposición de la oposición, con la ayuda de Anguita si es posible". González se alegra de que el Gobierno haya retirado la acusación de que se había favorecido a unos amigos, pero no acepta la imputación de que la Administración socialista fuera negligente.
El secretario general del PSOE hizo la apuesta pública de que ninguna comunidad autónoma hará uso durante 1997 de la capacidad normativa que le ha otorgado el Gobierno. Sobre el Estado de las autonomías habló también Alfonso Guerra. "Está en juego el proyecto nacional de España", dijo. Guerra evitó responsabilizar a los nacionalistas de lo que está pasando. Defienden sus intereses, que son los mismos que les pidieron a los socialistas y que no les dieron.
Guerra se metió algo más en materia congresual y situó su permanencia o no en la próxima ejecutiva federal en las manos de los más de 1.000 delegados que asistirán al congreso. En tono sosegado precisó que nunca habló de campañas contra su persona, sino que expresó su temor de que algunos compañeros, como Manuel Chaves, estuvieran más preocupados por excluirle que por las ideas. "Creo que ha servido para algo", dijo aludiendo a que la primera reunión interna que se celebró después de sus declaraciones se centró en la reflexión política. Y coincidió con el secretario de organización, Cipriá Ciscar, respecto a que su presencia en la próxima dirección del partido es "irrelevante".
Asegura que no escuchó las declaraciones de Ciscar, pero dejó traslucir que no le gustaron: "Algunas personas que lo han visto han dicho que sintieron alguna vergüenza". Añadió que no le consta que Felipe González quiera prescindir de él, y reiteró su sentimiento de amistad.
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