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CRISIS DE PODER EN EL KREMLIM

Chirac espera quebrar el 'no' de Rusia a una OTAN ampliada antes de la cumbre de Madrid

El líder ruso, Borís Yeltsin, se mostró "muy satisfecho" con la visita relámpago que el presidente francés, Jacques Chirac, efectuó ayer a Moscú. Durante más de tres horas de conversaciones, Chirac y Yeltsin discutieron "las perspectivas de la creación de una nueva arquitectura de la seguridad europea, llamada a superar definitivamente la división" del continente, informó la oficina de prensa del presidente ruso. El presidente francés confía en doblegar la categórica oposición de Moscú a los planes de ampliación de la OTAN antes de la decisiva cumbre de Madrid, prevista para julio próximo.

, Yeltsin recibió con franca alegría y alivio a Jacques Chirac, pues sabía que le sería fácil conversar con él: el presidente francés es un conocido rusófilo -en su época incluso tradujo obras literarias rusas, concretamente de la novela en verso Eugenio Oneguin, del poeta Alexandr Pushkin- y, además, París siempre ha sido un miembro especial de la OTAN que trata de limitar la influencia norteamericana en Europa.Las conversaciones entre ambos presidentes se desarrollaron en la residencia de Novogoriovo. Esta localidad, situada a unos 20 kilómetros al oeste de Moscú, es famosa en la historia reciente de Rusia por haber sido la sede de las negociaciones celebradas en 1991 entre el ex líder soviético Mijaíl Gorbachov y los presidentes de las repúblicas federadas y los dirigentes regionales en el último intento de reformar la Unión Soviética y evitar su desintegración.

Yeltsin recibió a Chirac fuera de la residencia, con abrigo pero sin gorro de piel, a pesar del intenso frío (15º bajo cero) y de la neumonía doble por la que tuvo que ser hospitalizado el pasado 8 de enero, de la que no se ha recobrado del todo.

El tema principal de discusión fue la arquitectura de la nueva seguridad europea y, en este contexto, los planes de la OTAN. Yeltsin reiteró la posición negativa de Rusia ante la futura ampliación de la Alianza y, en palabras de Chirac, estuvo "muy enérgico en la defensa de los intereses de Rusia", lo que el presidente francés calificó de "completamente legítimo".

La comprensión francesa ante la posición rusa es habitual, ya que París mantiene diferencias con Washington y Londres en lo que respecta a los planes de la OTAN. En principio, Chirac preferiría que se reformara primero la Alianza, para acentuar el carácter político de la organización, para firmar a continuación un acuerdo con Rusia. Y sólo después se deberían aceptar nuevos miembros. Chirac se mostró optimista ante las posibilidades de que Rusia y la OTAN lleguen a un acuerdo, pero consideró que para ello ambas partes deben mostrar respeto mutuo y ser flexibles.

"Si estas condiciones se cumplen, creo -pero ésta es mi impresión personal- que puede haber un acuerdo [entre Moscú y la Alianza] antes de la cumbre [de la OTAN] en Madrid", dijo Chirac en el aeropuerto de Vnúkovo 2 antes de regresar a París. Chirac no está en contra de que el acuerdo que debe regular las relaciones entre la OTAN y Rusia deba contar con la ratificación de los Parlamentos de todos los países de la Alianza Atlántica -tal y como desea el Kremlin-, y tampoco se opone a que el documento tenga la forma de una "declaración o carta política".

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Ya que está claro que Moscú no podrá impedir la ampliación de la OTAN, los rusos preferirían que su acuerdo con la Alianza contuviera la promesa de no emplazar en territorio de los nuevos miembros armas nucleares, armamento pesado y tropas que pertenezcan a otros países.

Incapaz de gobernar

El presidente francés es el primer dirigente extranjero que ve a Yeltsin después de que éste cayera enfermo de neumonía inmediatamente después de la visita que hizo al líder ruso el canciller alemán, Helmut Kohl, el pasado 4 de enero. Un vídeo filmado por periodistas alemanes mostró entonces a un Yeltsin con muy mal aspecto, lo que, unido a su hospitalización y a su posterior internamiento en su residencia de Gorki 9, en Barvija, y a la cancelación de su viaje a La Haya (que estaba previsto para mañana), dio pie a muchos políticos y observadores para concluir que el presidente ruso estaba prácticamente acabado y era incapaz de gobernar el país. El asunto llegó a ser debatido en la Duma Estatal (la Cámara baja del Parlamento ruso), que estuvo a punto de aprobar una resolución para destituir a Yeltsin por motivos de salud.

Sin embargo, en las imágenes mostradas ayer por la televisión rusa, Yeltsin presentaba bastante buen aspecto y, a diferencia de lo sucedido en otras ocasiones, no parecía tener dificultades para poder hablar. El mismo Chirac declaró en el aeropuerto: "Estoy impresionado por la rapidez con que [Yeltsin] se ha recuperado".

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