Modelo internacional
El Pompidou o Beaubourg ha servido como modelo de muchas instituciones, como el Barbican Center de Londres, la Kuntshalle de Bonn e incluso el Reina Sofía, de Madrid, al que no en vano también le llamaban Sofidou o Sofibourg hasta que tuvo suficientes embrollos propios como para dejar de mirarse en el espejo de los demás. "Pero sobre todo ha sido la institución que ha abierto Francia a la cultura internacional", dice su presidente, Jean-Jacques Aillagon. "Mi país tendía a considerarse autosuficiente, a vivir encerrado. El Pompidou ha sido un formidable acelerador de intercambios".Durante las obras de reforma el centro permanecerá parcialmente cerrado y no volverá a abrirse en su totalidad hasta el 31 de diciembre de 1999. "Entonces será con una gran exposición sobre las colecciones de los artistas y la presencia de lo primitivo en ellas y en el arte contemporáneo. Dubuffet y su interés por la pintura de los locos, Picasso y las máscaras africanas, Breton y el arte de los lapones; todo eso, o su interés por los graffitis, la publicidad o los carteles rotos, prueba que, a diferencia de los artistas de otros tiempos, que buscaban sus modelos en la antigüedad clásica, los contemporáneos tienen mayor interés por sus conciudadanos, son más generosos con el mundo que les rodea".
Otro aspecto importante de esta segunda juventud del Beaubourg va a protagonizarlo el atelier Brancusi, que permanecía cerrado desde 1990. "Tal y como estaba organizada la visita, presentaba graves problemas de seguridad". Ahora Renzo Piano ha podido "ser fiel a la voluntad del artista pero interpretándola un poco", pues "la obediencia ciega nunca es interesante" a la hora de reconstruir un espacio que recuerde áquel en el que trabajara, durante tantos años parisinos, Constantin Brancusi. Situado al pie de la refinería, el taller guarda 137 esculturas, 41 dibujos, dos pinturas y más de 1.600 fotografías, que el artista legó al Estado francés poco antes de su muerte, en 1957, y que antes ya había conocido dos destinos. El de ahora, que se abre al público hoy, parece destinado a tener una vida más larga y brillante que los dos anteriores.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.