Investigado un sospechoso intercambio de favores poIíticos que implica a Netanyahu
Las autoridades isrelíes iniciaron ayer una amplia investigación para tratar de esclarecer el escándalo político-judical que amenaza la estabilidad del Gobierno del primer ministro derechista Benjamín Netanyahu. Las indagaciones se centran en el convertido nombramiento de Roni Bar-On como consejero jurídico del Ejecutivo. Según una denuncia difundida por uno de los canales de televisión israelíes, el nombramiento fue promovido por el jefe del partido Shaas, el ex ministro Arie Deri, procesado desde 1993 por corrupción, en el entendido de que obtendría tratamiento deferente en los tribunales.
A cambio, Deri habría prometido el apoyo del Shaas en el Gabinete y el Parlamento durante la votación que ratificó la decisión gubernamental- para el repliegue parcial de las tropas israelíes de Hebrón a mediados de este mes, dijo la denuncia del Canal 1 de televisión.Netanyahu, que niega tener conocimiento de la existencia del supuesto arreglo, fue uno de los primeros en proponer vehementemente la investigación policial aprobada tras una larga reunión en el despacho del fiscal general Edna Arbel. Según fuentes judiciales, el primer ministro podría ser convocado a declarar. La negativa de Canal 1 a entregar pruebas o identificar a sus fuentes se presenta como el primer obstáculo con que tropezará la investigación.
Deri y Bar-On afirman que en ningún momento violaron la ley y que jamás hubo un arreglo para la designación del segundo. Bar-On no llegó a ocupar el cargo porque, bajo fuerte presión de varios ángulos políticos que lo acusaron de incompetencia, presentó su dimisión hace dos semanas.
El escándalo puede dañar considerablemente la credibilidad del Gobierno instalado hace siete meses. Diversos analistas políticos pronostican que Netanyahu, que ya se ha estrellado contra la prensa, puede aprovechar la situación para proponer la implantación de nuevos códigos de conducta periodística invocando la necesidad de poner coto a "la irresponsabilidad" en los medios de comunicación, de los, que dice que siempre han sido y siguen siendo sus "oponentes políticos".
"Me sentí conmocionado cuando oí las alegaciones [de la televisión israelí], que, por lo que sé, no tienen ningún fundamento", sostiene Netanyahu, que así deja abierta la posibilidad de que alguien pudiera haber actuado a sus espaldas.
El viceprimer ministro y titular de Turismo, Moshé Katsav, mantiene que, "si las informaciones son ciertas, el Gobierno no tiene razón de ser, y si no lo son hay- que cerrar la televisión". También el ministro de Industria y Comercio, Natan Sharanski, piensa que, "si hubiera tan sólo un 10% de verdad en la historia de la televisión, no cabe que el Gobierno siga en sus funciones".
"Hay que aclarar las cosas para que no sintamos que formamos parte de un Gobierno capaz de cosas tan extrañas", han manifestado varios ministros de Netanyahu, para quienes "lo más apropiado ahora es una investigación policial". "Pero si a su término trascendieran datos que afecten al interés público, es posible que haya que nombrar una comisión investigadora independiente y a nivel nacional", añaden.
La Asociación de Prensa de Israel, con sede en Tel Aviv, ha condenado duramente los ataques de Netanyahu a los medios de comunicación y, en particular, a los periodistas del Canal 1 de televisión.
Netanyahu, mientras, mantiene su actividad. Ayer se supo que el próximo 3 de febrero visitará al Papa en el Vaticano. El primer ministro viajará a Europa para asistir al anual Forum Económico Internacional que se celebra en la ciudad suiza de Davos a partir del día 31, donde se entrevistará con representantes de diversos Gobiernos mundiales y responsables de grandes multinacionales. En Italia también será recibido por personalidades de la política y la industria.
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