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Productos tiernos de Canarias

Rosana y Pedro Guerra no son los únicos cantautores isleños que han venido a Madrid a buscar el éxito

Carlos Marcos

Lo primero que hacen cuando pisan Madrid es quejarse: "Chacho, ¡qué frío!". El clima de la capital es un tormento para ellos, acostumbrados a la calidez de su tierra. Luego, la cosa mejora. Cogen la guitarra y entran en calor cantando en los locales del foro. Aunque Rosana Arbelo y Pedro Guerra son los que más han trascendido, no son los únicos cantautores canarios que han venido a Madrid a encauzar su carrera musical. Una docena de jóvenes intérpretes isleño conforman el clan canario, que ya tiene un hueco en la noche musical de Madrid."Llevo calzoncillos largos. Este frío no hay quien lo aguante". Son palabras Arístides Moreno, el último cantautor canario que ha llegado a Madrid y el que más revuelo está armando. Arístides tiene 24 años, lleva sólo dos meses en el foro y es el niño mimado de Pedro Guerra. El compositor del popular Contamíname presenció un concierto de Arístides en Canarias y al terminar la actuación se acercó a él: "Chico, lo tuyo es muy original. Tienes que ir a mostrarlo a Madrid. Yo te echaré una mano".

Guerra cumplió su palabra. Ahora Arístides actúa con regularidad en locales del circuito de cantautores como La Redacción, Libertad 8 o el Café del Foro. Además, el boca a boca comienza a dar sus frutos: la semana pasada, Arístides llenaba Libertad 8 de un público ansioso por conocer a la nueva revelación canaria. El estilo de Arístides es peculiar: fondo hippy (buen rollo para todo el mundo), forma brasileña (sobre todo en la forma de tocar la guitarra) y mucho humor. Arístides ha sido el último canario en aterrizar en Madrid. Aquí se ha encontrado a varios paisanos que se decidieron a dejar su idílica tierra animados por el éxito de Rosana y Pedro Guerra, y porque "en Madrid es donde pasan las cosas". La lista es grande: Andrés Molína, Luis Fernández, Alcides, Enrique Amigó, José Morales o Agustín Ramos. Además, aunque no viven en Madrid, pasan varias temporadas al año otros cantautores canarios como, Chiqui Pérez, Rogelio Botanz o Luisa Machado.

Son la envidia de los músicos de otras comunidades. ¿Qué tendrán estos canarios que todo el mundo se derrite al verlos? El público responde: son cálidos,, tiernos, entrañables, divertidos, románticos y no muy atractivos, pero resultones. Hay que tener mucho talento para luchar contra eso. Musicalmente todos tienen un nexo de unión. "Aunque cada uno tiene su propio estilo, hay similitudes que vienen de nuestras influencias. Todo el movimiento de la nueva trova cubana, con Silvio Rodríguez y Pablo Milanés a la cabeza, y el Brasil de Caetano Veloso y Gilberto Gil son puntos en común de todos nosotros", comenta el tinerfeño Luis Fernández, de 31 años, que lleva tres años en Madrid cantando en bares y haciendo de músico para otros artistas. Por ejemplo, Fernández se encargó de los teclados en la multitudinaria gira de El gusto es nuestro que protagonizaron Ana Belén, Víctor Manuel, Joan Manuel Serrat y Miguel Ríos.

Uno de los más afortunados es Alcides González, de 24 años. Este joven cantautor de Tenerife llegó a Madrid hace cuatro años para estudiar arte dramático. Pronto lo dejó por la música. Mientras Alcides actuaba en los locales, alguien introdujo una cinta con su música en el despacho de una multinacional. La cosa cuajó. En marzo, Alcides publica su primer disco. Se llama Pirata y se aleja del tono relajado de sus paisanos para frecuentar la fusión latina. "Rubén Blades y Juan Luis Guerra son artistas válidos para encuadrar mi música", dice Alcides, quien señala estar plenamente identificado con Madrid. Incluso ha compuesto una canción a su actual barrio, Huertas.

Una institución de la música canaria en Madrid es Andrés Molina, que formó junto con Pedro Guerra y Rogelio Botanz el grupo Taller Canario. Molina es un guía para los jóvenes cantautores canarios. Su casa está abierta a todo canario que quiere adentrarse en la experiencia de vivir en Madrid.

Pero para veteranos emigrantes canarios, José Morales, que ha pasado 14 de sus 35 años en la capital. Cuando Morales llegó a Madrid se enroló como cantante en el musical Jesucristo Superstar, que por aquel entonces (mediados de los ochenta) se representaba en el teatro Alcalá Palace con el papel principal en la voz de Pablo Abraira. "Recuerdo que Sergio y Estíbaliz tenían un pequeño papel. Luego participé en otros musicales, como Los miserables o La bella Helena, pero lo más importante para mí es mi proyecto personal".

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Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.

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