El poeta Martínez Sarrión publica el segundo volumen de sus memorias
Si en la primera entrega de sus memorias el poeta Antonio Martínez Sarrión (Albacete, 1939) encontró una palabra, "corrupciones", que acompañaba mediante una copulativa clarificadora a "infancia" (territorio al que dedicó su primer volumen), ahora, al publicar el segundo, que rebasa ese territorio y entra en otro, no ha encontrado, y no lo lamenta, un término que le acompañara. Así que Una juventud, sin más, es el título del segundo volumen de sus memorias, que acaba de publicar, como el anterior, Alfaguara.Es un título, acaso, poco sorprendente, "y si se quiere", concede, "muy poco original; pero me ha gustado mucho calificar de una juventud la mía, una entre las posibles que hubo: que cada uno relate la suya". Un título así, añade, denota "una cierta modestia, si no se me toma por pedante". Y es que la suya, en Murcia, adonde fue a estudiar, desde el cercano (cinco horas menos veinte minutos en un rápido de entonces) Albacete (en donde transcurría el primero, Infancia y corrupciones), 'fue una juventud nada petulante, ni florida ni llena de nombres importantes, sino más bien llena de gentes grises y desaparecidas, gentes de hace 40 años".
Tanto en la última línea de su primer volumen, el de la infancia, como en ésta, el de su juventud, dejó Antonio Martínez Sarrión lo mismo: el cierre de un capítulo de autoconocimiento propio. "Es una manera", aclara, "de cerrar capítulos enteros de tu propia experiencia, por modesta y diminuta que sea; y en ésta ha ocurrido lo mismo: reflexiones sobre la propia andadura vital y una especie de friso de la época que me tocó vivir, en todas sus dimensiones, tanto culturales como sociales" .
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