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Los 'tories' sueñan con el imperio y quieren 13.000 millones para un yate real

Forzados por los laboristas a ocupar un espacio cada vez más a la derecha del arco político, los tories aspiran a convertirse en los abanderados del más rancio espíritu nacional británico. El ministro de Defensa, Michael Portillo, ha sido el encargado de anunciar la primera medida destinada a fijar esta nueva imagen de los conservadores: la construcción de un nuevo yate real para sustituir al suntuoso Britannia. Los 60 millones de libras (más de 13.000 millones de pesetas) que costará el nuevo barco serán sufragados por el contribuyente ya que, según señaló el ministro de Defensa Michael PordIlo, "un símbolo del orgullo nacional no debe ser financiado por firmas privadas, sino por la nación".

La prensa no conservadora arremetió ayer contra un gasto suntuario que "podría destinarse a la construcción de dos hospitales o serviría para dotar de libros y computadores a las escuelas secundarias británicas". Un "símbolo imperial caduco", no puede ser, a juicio de los diarios de izquierda, el emblema adecuado para el Reino Unido del próximo milenio. Sin embargo, los laboristas optaron por mantener una actitud discreta. Un portavoz del ministro de Hacienda en la sombra, Gordon Brown, señaló que no habrá "cheques en blanco, ni un futuro Gobierno laborista gastará automáticamente 60 millones de libras de los contribuyentes". Pero en esta delicada fase preelectoral cualquier paso en falso puede resultar catastrófico y a juzgar por la encuesta llevada a cabo hace tres semanas por una cadena de televisión privada, dos tercios de los británicos están encantados con la monarquía.La nueva línea populista adoptada por los conservadores representa también un intento de atraerse a los sectores financieros del país, interesados en líneas generales en el mantenimiento de un buque-insignia; como el Britannia, una especie de señuelo de incalculable valor para redondear con firmas de importantes contratos de exportación los viajes oficiales de la reina. Por otra parte, la línea divisoria entre conservadores y laboristas es cada vez más tenue. A comienzos de semana, Gordon Brown, que será el encargado de manejar las finanzas británicas si el partido Laborista gana las próximas elecciones, dejó muy claro su propósito de congelar los impuestos y el gasto público, siguiendo el ejemplo del canciller del Exchequer (ministro de Hacienda), Kenneth Clarke.

El nuevo yate, que estará listo el año 2002, cuando la reina Isabel Il celebre sus 50 años en el trono británico (Jubileo de Oro) será algo menos lujoso que el Britannia, cuyo coste, en 1953, fue de algo más de dos millones de libras. Hace dos años y medio que el Gobierno anunció la retirada del servicio del viejo yate que ha constituido durante 43 años el símbolo de un esplendor imperial desproporcíonado, a juicio de una parte de la sociedad británica. Dotado con una tripulación de 250 marinos y oficiales, -incluida una banda de música de 25 maestros- el Britannia ha sido una de las piezas más caras de la parafernalia monárquica del Reino Unido. Los costes de mantenimiento anuales se sitúan en torno a los seis millones de libras (1.300 millones de pesetas).

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