Muñoz Molina revela el secreto de un cuadro de Christian Schad
El novelista Antonio Muñoz Molina presentó ayer ante un auditorio repleto de público, el Cuadro del mes en la Fundación Thyssen-Bornernisza. La obra escogida era Retrato del Doctor f7austein, pintado por el alemán Christian Schad en 1928.Tomás Llorens, director del museo, apuntó que el análisis literario puede servirle al cuadro como objeto de arte, de Vehículo de interpretación no totalmente explotado.
Antonio Muñoz Molina leyó una amena conferencia hábilmente articulada, con atinadas citas y con un notorio buen gusto a la hora de rodear a la obra de sus hallazgos contemporáneos en la literatura y las otras artes, hasta dibujarle al espectador un panorama de aquel Berlín de finales de los años veinte donde se forjó este formidable retrato. Siempre barriendo hacia su casa literaria, Muñoz Molina hilvanó un arco virtual que iba de De Quincey ("La tiranía del rostro humano") hasta Baudelaire y Proust, también víctimas del embrujo del retrato en sus obras y en sus vidas: "Los tres buscaban lo mismo: una cara que se desea recobrar del curso destructor del tiempo", dijo el autor de El jinete polaco.
El retrato
"El retrato es la forma más misteriosa de las artes", citó el escritor, bajo una enorme proyección del cuadro de Schad, inquietante todavía en el dibujo preciso de las cejas del: médico retratado -un judío dermatólogo especializado en venéreas y tuberculosis que se suicidó envenenándose en 1933-, la mirada oscura que no se achica y el detalle de ese catéter de acero saliendo de su bolsillo, hasta llegar a los puños' dobles de suave apresto de donde emergen,, las largas manos sólo aparentemente quietas. Antonio Muñoz Molina incidió en el detalle más enigmático del cuadro, esa sombra monumental que fuma tras el busto del doctor, que no es otra que Sonia, su amante.La mayor sorpresa llegaría cuando el conferenciante puso luz a una sutil relación entre el retrato de marras y el protagonista de La montaña mágica de Thomas Mann, como si Hans Castorp hubiera tenido la posibilidad de escoger y morir a voluntad. "Nos acercamos de una manera fatalista al Doctor Haustein", fue una de las primeras frases de Muñoz Molina, y así dejó a todos, con. un amargo a la vez que reconfortante sabor, de boca, lo que es capaz de dejar un gran cuadro junto a unas exactas palabras.
Babelia
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